. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Viernes 12 de Febrero de 2010, Rabat

martes, 6 de abril de 2010

Viernes 12 de Febrero de 2010, Rabat


El petit taxi que cogí cerca del Hotel Regina de Meknes me llevó a la estación de tren por 7 dh. El trayecto en tren es de unas 2 horas y el precio de un billete de segunda clase en un tren muy cómodo es de 65 dh.

Ya estaba en Rabat, capital del Reino de Marruecos desde 1912, una ciudad elegante y tranquila que contrasta con su excitante pasado. Fundada en el siglo X como ribat (monasterio fortificado) fue la capital de Yacoub AlMansur en el siglo XII y de Sidi Mohammed Ben Abdallah en el Siglo XVII.
Poblada desde el siglo III AC, albergó un puerto fenicio, más tarde cartaginés y finalmente romano. Con espacios abiertos que dan al océano, Rabat es una ciudad muy agradable para disfrutar paseando al ritmo tranquilo de esta ciudad privilegiada.


Llegaba con buenas referencias, y he de deciros que me dejó muy buen sabor de boca, me gustó bastante.

Caminando con la mochila a cuestas desde la estación hasta la medina hay unos 10 minutos. La medina está situada entre el estuario del Bou Regreg y el océano Atlántico. La muralla de los Andalusíes o Moriscos (construida por éstos en el s. XVII), al sur, la separa del centro de la ciudad. Al oeste linda con el muro erigido por los almohades en el siglo XII. Allí, entré en el hotel Al Maghrib Al Jadid ( Tel:037 73 22 07 ), donde por 70 dirhams me hospedé en una sencilla habitación individual sin baño., sin dudarlo se trata de uno de los hoteles baratos para una noche más aconsejables de los que estuve en Marruecos, pues estaba limpio y aseado, por no hablar de su perfecta situación en la medina.

Después de dejar la mochila y los trastos y descansar unos minutos me dirigí a la Kasbah des Oudaias. El recinto de la kasbah es de la época almohade, excepto la parte que rodea el Jardín Andaluz. Actualmente aquí viven unos 3.000 musulmanes y 24 familias europeas. A mi me recordó bastante a Chefchauen, pues todas las casas están pintadas de azul y blanco ( de ese modo distinguireis las fotos de la Kasbah del resto de fotos de Rabat). Destaca la Puerta de los Oudaias, construida en piedra tallada ocre-rojiza y atribuida a Yacub elMansour, que está considerada una de las joyas del arte almohade. Dentro de la kasbah merecen también mencionarse el Cementerio el Alou , la calle Jamaa, la Plataforma del semáforo, la Torre de los Piratas y el Jardín Andaluz .
Puerta de los Oudaias por fuera.

Puerta de los Oudaias por dentro.


Puerta de los Oudaias y murallas.

El cementerio el Alou es el más viejo de Rabat, la calle Jamaa es la calle principal de la kasbah y donde se encuentra la mezquita más antigua de Rabat, del s XII. Para llegar a la Platafroma del Semáforo sólo tenéis que subir la calle Jamaa, pues al finalizar la misma está esta explanada con vistas al Océano Atlántico, el estuario del Bou Regreg y la vecina Salé, a 3 kilómetros de Rabat y una de las excursiones de medio día más aconsejables para realizar desde Rabat (aunque yo no tuve tiempo de ir allí). Justo bajo la plataforma se encuentra la Torre de los Piratas, fortaleza construida por los portugueses. Si tenemos en cuenta que estamos en la parte más elevada de la Kasbah y que ya estaba cansado de caminar, mi próxima parda dentro de la Kasbah es más que aconsejable. Detenerse en el Café Moro y saborear un té a la menta ( 10 dh. ) y los deliciosos “cuernos de gacela” ( 7 dh. cada uno ), pastelitos típicos de Rabat hechos principalmente de almendra. Desde el tranquilo y precioso café se tienes unas vistas similares a las de la plataforma del Semáforo, viéndose también desde aquí la Torre de Hassan y el Mausoleo de Mohammed V, donde me dirigí un poco más tarde.

Dentro de la Kasbah.

Plataforma del semáforo.

Cementerio Alou.

Océano Atlántico y estuario del Bou Regreg.

Sale desde la plataforma.

Vistas desde el Cafe Moro.

A la salida del café me tropecé con el Jardín Andaluz, construido por los franceses en la época colonial. No es demasiado grande, así que a no ser que seas un apasionado de las plantas o quieras descansar un poco más, unos minutos bastaran para recorrerlo. Al Norte del jardín todavía nos encontramos con un palacio del S. VXII que ahora alberga el Musée des Oudaia, un museo de arte musulmán que no visité por lo que no puedo decir si merece la pena entrar.

Jardín Andaluz con el palacio al fondo.

Parte de la muralla de la Kasbah.

Salí del recinto amurallado de la Kasbah y me adentré de nuevo en la medina por la Rue des Consuls, arteria importante donde en otro tiempo habitaban los representantes extranjeros. Actualmente está repleta de tiendas con recuerdos o souvenirs y está muy concurrida. Es la zona más comercial de la medina. Sus puertas de madera se abren a patios donde hoy en día están instalados sastres, vendedores de alfombras (subastas por la mañana) y tejidos.
A mitad calle paré a descansar en un fastfood tipo kebab, donde por 20 dh. disfruté de un bocadillo a la plancha con carne y ensalada, unas patatas fritas y una cola.

Rue des Consuls.

Rue des Consuls.

Las zonas de la medina menos turísticas.

Cerca de la rue des Consuls.

Sin abandonar esta calle dejé atrás la medina y caminé en dirección a la Torre Hassan( 44 m. ), de finales del s. XII y donde llegué minutos más tarde. Se trata de un minarete inacabado de una mezquita mandada construir por Yacub el Mansour, que a su muerte se interrumpió. Se encuadra dentro del estilo de la Koutoubia de Marrakech y la Giralda de Sevilla (ya que es del mismo yacub el Mansour) y está situado en una explanada con hermosas columnas de mármol y un jardín. La mezquita adyacente fue destruida por un terremoto en 1755 y hoy en día sólo quedan de ella un montón de columnas de mármol.

Vistas de la Kasbah desde la Torre de Hassan.

Columnas de la mezquita y Torre de Hassan.

Justo al lado del recinto de la torre se encuentra el Mausoleo de Mohammed V, atractiva construcción de estilo tradicional marroquí. Se denomina de esta manera a todo el complejo de edificios que comprende al Mausoleo propiamente dicho. Obra maestra del arte tradicional marroquí, en madera pintada, estuco, mármol esculpido y bronce cincelado, una verdadera pasada. En él se hallan las tumbas de Mohammed V y HassanII. La entrada es libre y se entra en una galería desde la que se ve en la parte inferior las tumbas mencionadas anteriormente.

Complejo de edificios del Mausoleo.

Mausoleo de Mohammed V.

Tumbas del Mausoleo.

Interior del Mausoleo.

Detalle del interior del Mausoleo.

Techo del interior del Mausoleo.

Interior del Mausoleo.

Desde aquí hasta mi siguiente destino hay un buen rato caminando, pues son 4 kilómetros, así que como estaba cansado empecé el trayecto caminando, pero lo terminé en petit taxi ( 7 dh. ). Se trata de la Necrópolis de Chellah ( 10 dh. ), de origen meriní ( s. XIII). En su recinto se encuentra la necrópolis, restos de un complejo islámico y también la antigua ciudad romana de Sala Colonia, con abundantes restos de edificios. Todo ello rodeado de jardines con árboles repletos de cigüeñas y nidos de estas, que no se conforman sólo con ellos, pues muchas de las ruinas también están coronadas por sus nidos. Merece una atención especial la decoración exterior del minarete de la Mezquita. Pese a ser poco visitado por turistas, a mi me gustó.

Exterior de la puerta de Chellah.

Interior de la puerta de Chellah.

Ruinas de Sala Colonia.

Ruinas repletas de cigüeñas.

Interior de Chellah, muralla.

Saliendo de la necrópolis volví a entrar a las murallas de Rabat por la puerta Bab Zaer, pues no muy lejos de allí está el mechouar, una zona ajardinada con amplias avenidas peatonales, árboles, una mezquita y edificios administrativos y militares, además del Palacio Real ( s. XIX ) o Dar el Makhzen, actual residencia del rey de Marruecos.

Puerta del mechouar.

Mezquita.

Palacio Real.

Un paseo por la zona del palacio y de regreso a la medina, pasando de nuevo por la estación de ferrocarril y llegando al hotel, de forma que había cubierto un recorrido más o menos circular.

Descansé un poco en la habitación y antes de que anocheciera salí a pasear por la medina y sus zocos para hacer las últimas compras del viajes como dos camisetas para los peques de casa por 60 dh. las dos y dos pequeños tagines decorativos pintados a mano por 40 dh. los dos. La comercial Rue Souikka alberga además de zocos y tiendas, la gran mezquita.

Exterior de la Medina. Gran Mezquita.

Rue Souikka.

Gran Mezquita.

Se hizo hora de cenar y comí un bocadillo de huevo frito con patatas fritas por 9 dh. y un vaso de garbanzos cocidos con especias y sal por 2 dh. ( esto en un puesto callejero).

En el paseo conocí a varios españoles adolescentes que vivían en Rabat y estuve charlando un rato con ellos. Son hijos de diplomáticos y trabajadores de la embajada española.

Antes de volver al hotel y dormir, fui a un internet donde por 4 dh. la hora chateé con mi mujer y navegué un poco por la red.

Rue Souikka.

Rue Souikka.


6 Comments:

Elisa said...

Hermosa visita!
Espero hayan pasado una hermosa Semana Santa
Saludos desde Argentina
Elisa

Unknown said...

Muy interesante la visita. No se nombra Rabat, creo, entre los destinos de Marruecos. Ese té con vistas promete. Saludos

Ricardo Ribalda said...

Hola Hector:
Sigues con tu magnífica guía sobre Marruecos.
A nosotros no somos muy asiduos en visitarlo, nos agobia la insistencia de los vendedores.
Un abrazo.
La Vuelta al Mundo de Asun y Ricardo

Anónimo said...

Buen reportaje, si señor!!

Saludos,

Edu y Eri said...

Buenas Héctor!

Qué tal va todo? Hace mucho que no nos escribimos, por lo que ahora que acabamos de volver de Rabat y Casablanca queríamos darte las gracias. El diario de viaje de tu web ha sido de gran ayuda, y aunque nuestro viaje fue una escapada y el tuyo una auténtica aventura lo hemos pasado genial.

Un abrazo!

Los Viajes de Héctor said...

Gracias a todos por vuestras palabras