Como es costumbre cuando viajamos, madrugamos para aprovechas al máximo el día, más teniendo en cuenta que nuestro destino estaba a unos 100 km y poco más de una hora de conducción.
Ese destino era Miranda del Castañar, de los lugares de cita obligada en un recorrido por la sierra de Francia, por sus indudables valores arquitectónicos y su rico entorno natural. Actualmente la habitan poco más de 500 personas.
Los entramados de madera, dentro de la arquitectura popular, son una técnica de uso muy frecuente y extendido que permite aligerar la construcción de inmuebles, especialmente en aquellas plantas que su situación y características lo hacen posible. Es una característica que se encuentra en un amplio porcentaje de los edificios populares de esta Villa.
Existen diversos tipos de entramado, desde el más tosco, compuesto por simples rollizos o maderos apenas desbastados, hasta aquellos construidos con maderas perfectamente encuadradas y con arreglo a técnicas mas desarrolladas. Es necesario subrayar que el entramado o esqueleto resistente de la obra no siempre es dejado a la vista por lo que existe en mucha mayor cantidad de lo que un examen superficial pudiera hacernos creer. El entramado como elemento de cerramiento de los laterales de casas con cubierta a dos aguas y caballete paralelo a fachada supone una solución habitual en edificios, que pueden tener de mampostería los muros restantes. También las plantas altas destinadas total o parcialmente a pajares suelen estar resueltas mediante una sencilla estructura entramada, cuajada generalmente con adobe. En esta población podemos admirar:
Plaza de Toros del siglo XVI, es de planta rectangular y fábrica de cantería. Conserva bastante bien dos de sus lados. Los vecinos de la localidad llevan a gala el poseer “la plaza más antigua de todas”. Muchos de los aficionados de Miranda aseguran que la pugna la antigüedad de los cosos taurinos tiene un referente claro en el pueblo serrano. 1711 es la fecha manejada por estos. El origen de la plaza de sección cuadrangular es el de plaza de torneos, en los aledaños del castillo medieval, que, durante los festejos taurinos preside el coso con su torre del homenaje como el elemento más característico de la arquitectura de Miranda del Castañar. El antiguo foso del castillo es el que hoy ocupa la plaza en la que ya se celebraron festejos taurinos durante el siglo XVI. De su origen se conservan dos de los laterales en piedra, con aberturas que bien podrían por su angostura hacer las veces de burladeros naturales. Los artificiales se instalan provisionalmente durante la organización de los festejos taurinos, junto a los tendidos y el callejón, que antiguamente se cerraba con carros de la época.
Castillo.El monumento, cuya propiedad es privada, es la principal seña de identidad de la localidad y al deterioro progresivo por el paso del tiempo y el clima hay que sumarle el expolio que está sufriendo en los últimos tiempos.
El castillo está declarado Monumento Nacional desde el 3 de junio del año 1931. Fue construido a finales del siglo XIV y principios del XV.
Sin duda el elemento más característico del castillo es la Torre del Homenaje, que junto con la Torre del Campanario, son los elementos que definen la silueta de Miranda.
La muralla, que circunda todo el perímetro del pueblo (631 metros), se conserva en bastante buen estado, a pesar de haber perdido su coronación y haber sido utilizada como apoyo en muchas edificaciones construidas extramuros. Data del siglo XIII.
Iglesia parroquial de santiago y san Ginés de Arlés, edificada en los siglos XIII y XIV, se encuentra en el centro de la villa y recientemente ha sido restaurada. El interior es una gran sala rectangular, dividida en tres naves que guardan interesantes retablos.
La torre de las campanas, situada al otro lado de la plaza de la iglesia, fue construida en el siglo XVII y es un elemento característico desde cualquier panorámica de la villa.
La casa del escribano, con fachada de piedra de cantería, data del siglo XVII y aún hoy conserva algunos blasones familiares.
La alhóndiga, antiguo granero público, construido en el siglo XVI para regular la producción y comercio de los granos, conserva una bonita fachada reformada en los siglos XVIII y XIX. En la actualidad acoge dependencias municipales.
Puerta de san Ginés, de estilo gótico, fue edificada en el siglo XVI. Es el acceso más normal al recinto amurallado.
La calle larga, es la principal vía urbana, donde desembocan perpendicularmente el resto de las calles. En la misma pueden observarse un buen número de casas pertenecientes a la nobleza que residió en el pueblo.
A sólo 11 kilómetros de Miranda del Castañar nos encontramos con la pequeña localidad de Mogarraz, villa declarada conjunto histórico artístico. Se distingue por sus construcciones de tres pisos con entramados de madera y airosos voladizos. La fuente del Humilladero, la calle central, la iglesia de la Virgen de las Nieves y la Plaza Mayor, de trazado semiesférico, el cual se convierte en coso en las fiestas de Agosto son lo más interesante. Todo el conjunto es una verdadera maravilla y representación de las poblaciones serranas. Sus calles mantienen rincones con aire romántico y olor a leña.
Nos llamó la atención la mascota del pueblo, un cerdo negro que iba campando a sus anchas por las calles de la población y que era alimentado por sus vecinos y por los turistas. El final de esa mascota sería una rifa y, como no, el afortunado ganador del mismo lo destinaría al rico embutido que da fama a este rincón de España.
Esta calle atraviesa Mogarraz.
Plaza Mayor.
A escasos 8 kilómetros nos encontramos con La Alberca, también llamada Valdelaguna, situada en el sur de la provincia de Salamanca, a 1084 mts. sobre el nivel del mar y en el norte de Sierra de Francia. La originalidad de sus calles y de sus casas hace, que sea visita obligada para los turistas, que se aventuran por la provincia de Salamanca.La Alberca fue la primera población rural de España declarada Monumento Histórico Nacional.
Como muchos otros pueblos en España, los habitantes de la Alberca están decreciendo año tras año. Hace más de medio siglo, este pueblo tenía 1.700 habitantes, en cambio en la actualidad tiene solamente 1.000 habitantes. Sin embargo, el pueblo sigue habitado y está bien conservado. A pesar del fuerte calor del verano y de los duros inviernos, los turistas forman una parte muy importante de su economía. Sus estrechas y empedradas calles, sus pequeñas plazas y sus curiosas casas, hacen de él un bonito lugar para visitar.
Todas sus casas tradicionales están hechas de granito y de piedra, con sus vigas de maderavista y tienen como máximo 3 pisos de altura, cada piso tenía un uso específico. Antiguamente, la planta baja servía de cuadra para los animales y la cocina estaba en el primer piso. En el segundo piso estaban las habitaciones. El desván lo usaban para curar y secar la carne, el queso y los embutidos (jamones, chorizos y cerdo). Los techos tienen un agujero, para que el humo de la cocina pueda subir y salir. Muchas de las casas tienen grandes balcones cargados de macetas con flores. La calle principal de Alberca está flaqueada por puertas hechas de granito y madera.
Se puede visitar la Iglesia Parroquial del siglo XVIII.
Plaza Mayor.
Gran torre construida unos 212 años antes que la iglesia actual, costeada por los primeros Duques de Alba, tiene el escudo de armas esculpido en un ángulo de la Torre. En 1693 nos cuentan que "tiene un reloj que en nada tiene que envidiar al de Benavente" Y en la torre cada campana tiene una historia entrañable que contar, cada una acompaña según en que momentos de la vida el devenir de los albercanos. Cuentan las crónicas que "…en 1520 al acabar una campana faltándole metal para acabar las asas de arriba, no dudaron los albercanos en desprenderse de anillos, joyas de plata y fundirlos para terminarla…"
Las tres poblaciones visitadas durante la mañana son imprescindibles, y el paseo por ellos una delicia. Si vais con más tiempo que nosotros y más tranquilamente, pueden ocupar perfectamente toda una jornada y no media como es nuestro caso.
Justo al llegar a Ciudad Rodrigo era la hora de comer, y como habíamos comprado productos de la tierra (queso, embutido y pan), nos comimos unos deliciosos bocatas antes de iniciar nuestro paseo por la medieval Ciudad Rodrigo.
La antigua Miróbriga es un auténtico paraíso de piedra situado entre los parques naturales de la Sierra de Francia y de las Arribes del Duero, muy cerca de la frontera portuguesa. Las calles medievales de Ciudad Rodrigo están repletas de palacios y casas señoriales, ventanas en ángulo, frisos, escudos, etc. La población incluida dentro del recinto amurallado de Ciudad Rodrigo fue declarada conjunto histórico artístico en 1944.
Aunque se habla de su belleza, a todos los viajeros adultos que estábamos allí nos dio la misma impresión, de todas las localidades que habíamos visto ese día, esta era la más prescindible.
En el casco viejo cabe destacar:
Fortificación y murallas. Fue construida por orden del rey Fernando II de León en 1160, aprovechando los restos de una muralla romana, con cal y canto. Tiene un perímetro de más de dos kilómetros que se conserva íntegro, alcanzando en algunos tramos los 13 metros de altura. Fue muy reformada en el siglo XVIII. Se conservan siete puertas de acceso al recinto amurallado. Hoy en día podremos encontrar la parte más antigua en la zona del Castillo.
Castillo de Enrique II de Trastámara. Fue ordenado construir sobre otro anterior por Enrique II de Trastámara en 1372. Ya en el s.XVI se le añade la torre del homenaje por orden de D. Antonio del Águila. Desde 1931 es Parador Nacional de Turismo.
Ayuntamiento. Edificio renacentista del s.XVI, como dato relevante siempre ha tenido desde su construcción la misma función: casa consistorial. En él podemos ver representado, ya en ese siglo, el escudo de las tres columnas. A principios del s.XX sufre algunas reformas, se añade el ala derecha para ampliar las dependencias municipales.
Casa de los Vázquez. Edificio del s. XVI con interesante portada en esquina. Llama la atención su escudo inclinado en la portada. En 1922 lo hereda Doña María de la Salud de Bernaldo y Quirós y su marido D. Manuel Sánchez-Arjona – conocido como el Buen Alcalde – y reforman su interior añadiéndole azulejería, vidrieras, artesonados y rejería. En 1944 lo venden al Ministerio de Fomento que la convierte en la Oficina de Correos de Ciudad Rodrigo.
Palacio de los Águila. Edificio renacentista del s.XVI y XVII. Es el palacio de mayores dimensiones de la ciudad. Cuenta con dos patios interiores, uno de ellos plateresco, y con una capilla privada. Perteneció a uno de los linajes más importantes de la ciudad. En el año 2000 fue restaurado y desde entonces su función es museística, acoge exposiciones temporales.
Casa del I Marqués de Cerralbo. Palacio del s. XVI situado en la Plaza Mayor. Su promotor fue D. Rodrigo Pacheco, I Marqués de Cerralbo. Es interesante su friso plateresco junto con los escudos inclinados en las esquinas.
Casa de los Miranda. Sobrio edificio de la segunda mitad del s. XVI, destacan en su portada los escudos de la familia Miranda, Chaves y Robles. En su interior cuenta con un patio del s. XVII donde aparecen representados muchos de los escudos de armas de diferentes familias mirobrigenses. El palacio sufrió un gran incendio durante la guerra de Independencia y actualmente es privado.
Palacio de la Marquesa de Cartago. Edificio de la última década del s. XIX, su promotora fue Dña. Concepción Narváez y del Águila, marquesa de Cartago. Destacan en el exterior la decoración de las ventanas, los escudos de Narváez y Águila en la portada y la garita a modo de balcón en esquina, que le otorga elegancia al palacio.
Casa de los Condes de Alba de Yeltes. Se construyó sobre el solar del palacio de los Nieto de Silva (s. XVI). Fue reconstruido a principios del s. XVIII y reformado de nuevo en el s. XX. En el s. XVIII fue utilizado como cuartel y actualmente alberga las oficinas principales de Caja Duero.
Palacio de los Ávila y Tiedra. Sin duda uno de los palacios, junto con el de los Águila, más emblemático de la ciudad. Conocido también como palacio de los Castro o de Montarco. Este edificio se comenzó a construir a finales del s. XV. Es muy interesante por la decoración plateresca en su portada y ventanas.
Casa de los Cornejo. Palacio del finales del s. XVI, destaca por su sobriedad y los escudos inclinados en las esquinas. También se le ha conocido como palacio de Moctezuma. Sus usos han sido bastante variados, desde Casa de la Tierra hasta escuela e instituto. Actualmente es la Casa de Cultura y alberga en su interior la Biblioteca Municipal y salas de exposiciones.
Catedral de Santa María. Declarada Monumento Nacional en 1889. El rey Fernando II de León ordena su construcción al arquitecto Benito Sánchez, comenzando las obras en 1165. Es de estilo románico de transición al gótico. La torre neoclásica es del siglo XVIII, obra de Juan de Sagarvinaga. Destacan el bellísimo claustro, el deslumbrante Pórtico del Perdón (siglo XIII) y el extraordinario Coro obra de Rodrigo Alemán (siglo XV). En la nave central se encuentra una escultura de San Francisco considerada la primera imagen que se le hace en vida al santo de Asís. La torre de campanas neoclásica del s.XVIII.
Capilla de Cerralbo. Edificio que se comenzó a construir en el s.XVI y concluido 100 años después. Quién la ordena construir fue el cardenal Francisco Pacheco, hermano del I marqués de Cerralbo. Su estilo es herreriano. Destacan en el exterior los grandes escudos de mármol de carrara, y en el interior tres retablos del s.XVII.
Iglesia de San Agustín. Iglesia del s.XVI perteneciente al antiguo convento de los Agustinos, que fueron expulsados de la ciudad durante la guerra de Independencia. Los promotores de la construcción de esta iglesia y del antiguo monasterio (hoy colegio de Santa Teresa de Jesús) fueron la familia Chaves, cuyo escudo aparece representado tanto en el exterior del edificio como en las bóvedas de crucería.
Iglesia de San Pedro-San Isidoro. Pequeña iglesia de tres naves de gran valor artístico, cuenta con tres estilos diferentes en cada una de ellas. La nave del evangelio (izquierda) es la más antigua de estilo románico-mudéjar, de esta parte destacan la portada románica y un ábside mudéjar de finales del s.XII. La nave central es del s.XV de estilo gótico, es interesante la crucería del altar mayor. La nave de la epístola (derecha) es del s.XVIII y de estilo neoclásico.
Capilla del Hospital de la Pasión (Antigua Sinagoga). La orden del Hospital de la Pasión es la más antigua fundada en la ciudad. Antiguamente se dedicaba a la atención de convalecientes y peregrinos, hoy en día es una residencia de ancianos. La capilla de esta antigua orden se construyó sobre una antigua sinagoga, ya que esta la zona donde se encuentra era el antiguo barrio judío de la ciudad. La sinagoga se reformó posteriormente y se convirtió a capilla en el s. XVII. La portada actual es neoclásica fruto de otra reforma del s. XVIII.
Capilla de la Venerable Orden Tercera. Pequeña capilla neoclásica del s. XVIII. Se edifica sobre el solar que ocupó anteriormente la iglesia del Santo Sepulcro, perteneciente a la orden de San Juan. Por ello siempre se le ha relacionado con los templarios.
Recorrimos los 92 kilómetros que separan Ciudad Rodrigo de Salamanca en aproximadamente 1 hora de autovía. Ya era tarde, pero todavía nos dio tiempo a callejear un poco por la calle Zamora hasta la Plaza Mayor y desde aquí, por la calle Toro hasta nuestro coche y de aquí al camping, a cenar y a dormir.
La Plaza Mayor de Salamanca es un emblema de esta hermosa ciudad de estilo barroco y la expresión más significativa de esta inigualable villa.
Construida en el siglo XVIII, recibe el encargo el arquitecto Alberto Churriguera, hermano de José y de Joaquín Churriguera, verdaderos insignes del barroco. El estilo de la plaza es por tanto churrigueresco, variante del barroco que se caracteriza por su ornamentación y detalle.
Se construye el lado este, a partir de 1719 incluyendo el Pabellón Real y el lado sur. Tardando este lado 14 años.
Siendo obra las dos fachadas restantes y el ayuntamiento de Andrés García de Quiñones. Autor del pórtico del convento de las Ursulas y de numerosos retablos que pueden verse en la Clerecía.
La Plaza Mayor se sustenta sobre 88 arcos de medio punto , llamados así por su sentido semicircular y ser los mas utilizados en la arquitectura románica en cuyas albanegas (espacio triangular curvilíneo que queda entre el arco y la moldura decorativa que encuadra un hueco en la arquitectura musulmana) están labrados los famosos medallones, representativos de personajes unidos a la historia de la ciudad, y con cuatro fachadas de tres pisos de altura cada una, y con diferentes longitudes, se levanta majestuosa, la Plaza Mayor de Salamanca.
Esta plaza no pudo ser construida de una forma rectangular por respeto a la iglesia de San Martín.
En el centro de la fachada, la orientada hacia el norte, se levanta el edificio que actualmente alberga el Ayuntamiento de Salamanca, sobre el cual se erige una espadaña con tres campanas y cuatro esculturas alegóricas de la Industria, la Agricultura, la Música y la Poesía.
La Plaza esta construida con la piedra de Villamayor muy extendida en la ciudad. Piedra dorada de fácil labranza.
Con los problemas de la época y las paralizaciones por las expropiaciones y denuncias se termino en 1755.
La plaza mayor de Salamanca como se puede observar no es un cuadrado perfecto y ninguna de sus fachadas mide lo mismo., La fachada del Ayuntamiento mide 82,60 m, la fachada del pabellón Real 80,60 m, la fachada oeste mide 81,60 m y en la ultima mide 75,69 m. La plaza tiene tres pisos de altura salvo en el pabellón de las Casas Consistoriales, en el que tiene dos.
4 Comments:
Esto no es un viaje: es un maratón. Cada lugar, especialmente Miranda y Ciudad Rodrigo se merecen un día completo
No te quito la razón, pero no tenemos tiempo ilimitado cuando viajamos, y prefiero tener ese ritmo y ver 3 ó 4 sitios con encanto que ver larga y tendidamente sólo un lugar.
Ciudad Rodrigo me decepcionó un poco, el resto me gustaron bastante.
Bonito reportaje de preciosos lugares que requiere tiempo para contemplarlos plenamente. Gracias por toda la información que exponeis. Saludos y feliz Sábado.
Ramón
Hice ese recorrido cuando terminé la carrera de historia del arte hace unos años y discrepo contigo. Yo me quedo con Ciudad Rodrigo, la belleza como conjunto histórico es inigualable. En cuando a los pueblos serranos escogería Miranda del Castañar a pesar de estar peor situado geográficamente que la Alberca mucha más conocida y masificada por el turismo. Un saludo
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