Tras la visita de las ruinas de Afrodisias, pusimos la dirección del
Venüs Hotel en el GPS, y poco más de 1 hora y media después (unos 110 kilómetros), estábamos allí.
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Venüs Hotel, Pamukkale. |
En el valle del río Menderes se encuentra la región de
Pamukkale, famosa
por sus fuentes termales y sus hoteles-balneario. Aquí se da uno de los
espectáculos naturales más bellos del país, la zona de terrazas
calcáreas formadas sobre rocas de travertino, declaradas
Patrimonio de la Humanidad en 1988 y es aquí, en la localidad de Pamukkale, donde está dicho hotel.
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Venüs Hotel, nuestra habitación. |
Mientras nos preparaban la comida, pues decidimos comer allí porque no era caro y la comida tenía buena pinta, dejamos las maletas en nuestra habitación y aprovechamos para darnos un chapuzón en la piscina del hotel.
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Venüs Hotel, piscina. |
El Hotel Venus ha sido junto al Shoestring Cave House de Göreme, en la
Capadocia, las dos mejores elecciones del viaje en cuanto a alojamiento, no porque las demás no lo fueran, más bien porque estas han sido excelentes en todos los sentidos.
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Comerdor del Venüs Hotel. |
Un lugar tranquilo y perfectamente decorado donde sólo estuvimos una noche pero donde no nos hubiera importado pasar más tiempo.
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Plano de Hierápolis y Pamukkale. |
Después de comer y de volvernos a refrescar en la piscina pusimos rumbo al recinto donde se encuentran las terrazas calcáreas conocidas como Pamukkale y las
ruinas de Hierápolis. La entrada al conjunto cuesta 20 liras por adulto más el parking, que como no, también lo cobran.
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Yolanda en Hierápolis. |
Lo primero que se divisa cuando entras al recinto son las
ruinas de Hierápolis. Esta ciudad fue fundada en el siglo II a.C. por Éumenes II en las inmediaciones de un extraordinario paraje natural denominado el Castillo de Algodón o Pamukkale. Destruida por un terremoto en el 60 d.C., se reconstruyó y alcanzó su cenit entre el 196 y el 215 d.C. En el s. VI entro en declive.
Lo que llama la atención de la necrópolis es el tamaño, pero dado que la gente peregrinaba cuando estaban enfermos esperando que las aguas les ayudasen a curarse, muchos morían allí convirtiéndola en el camposanto antiguo más grande de Anatolia, con más de 1.200 tumbas, túmulos, sarcófagos y tumbas residenciales.
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Teatro Romano de Hierápolis. |
Apodada «la Ciudad Santa» por sus numerosos templos, su
Teatro Romano, construido en el 200 a.C. puede acoger a 20.000 espectadores aunque sólo 3 hileras de asientos han sobrevivido, es uno de los mejor conservados del mundo.
En la zona también sobresalen los restos del antiguo centro de veneración de la diosa Afrodita, también del siglo II a.C. Junto al templo se conservan además vestigios de un teatro y un estadio.
El
Arco de Domiciano está en la vía principal, una amplia avenida con columnas llamada Plateia.
El Martirio de San Felipe, construido en el s. V sobre el lugar en que el apóstol fue crucificado y empedrado en el 80 d.C., es un edificio cuadrado con 20 metros en cada lado. Las arquerías laterales eran usadas como alojamiento.
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Toda la familia en las ruinas de Hierápolis. |
Personalmente pienso que las ruinas no merecen la pena, pero ya que estábamos aquí las recorrimos...lo más interesante, impactante y recomendable es lo que viene a continuación...
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Toda la familia en Pamukkale. |
Pamukkale o
Castillo de Algodón en turco, está situado al sudoeste de Turquía. El castillo tiene 160 metros de altura y 2700 metros de longitud
y se ve desde la lejanía, incluso antes de llegar al pueblo.
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Blanco nuclear de las terrazas de Pamukkale.
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El Castillo de Algodón debería ser de un blanco nuclear. Hay zonas donde el blanco incluso daña la vista pero otras, las más altas sobre todo, están “sucias”. Este deterioro se debe a que hasta 1998, cuando fue declarado Patrimonio de la Humanidad, estuvo muy descuidado.
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Las terrazas más sucias de Pamukkale. |
Había hoteles en medio de la Hierápolis romana que está en lo alto de la colina y los turistas podían bañarse en las pequeñas piscinas de Pamukkale. Los hoteles usaban las aguas termales que brotaban de la tierra para llenar sus piscinas y lo que es peor, las aguas residuales de estos hoteles se precipitaban sobre las cataratas. Así es que podemos dar gracias de que hoy en día haya quedado algo…
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Las terrazas más famosas de Pamukkale. |
Gracias a la Unesco los hoteles fueron derribados y ahora solo puede accederse a las terrazas superiores y siempre sin zapatos, aunque ya os podéis imaginar que hay gente que a pesar de todo sigue haciendo oídos sordos y se mete con calzado.
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Pamukkale, terrazas "inaccesibles". |
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Pamukkale. |
Para evitar que se acceda con zapatos y que se baje hacia las terrazas inferiores, muy peligrosas, hay varios guardias que llaman la atención a quien no hace caso.
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Las terrazas más bajas. |
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Pamukkale o Castillo de algodón. |
Pamukkale es uno de los sitios más mágicos en los que he estado. No sabes muy bien si caminas sobre hielo, sobre una nube o si estás pisando la superficie de un planeta desconocido.
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Bañito en Pamukkale. |
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Aquí se aprecia porque se conoce como "Castillo de algodón". |
A los niños les gustó muchísimo y, como no, nos bañamos los cuatro en las piscinas superiores, Yolanda y yo sólo hasta las rodillas...
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Se nota que son las terrazas más turísticas. |
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Fijaros en el tamaño de las terrazas... |
La realidad es que cada segundo brotan 250 litros de agua termal con una mezcla, entre otros, de bicarbonatos y calcio lo que produce bicarbonato de calcio. Así es como se van formando capas de piedra caliza y travertino que cuando aún son líquidos se precipitan ladera abajo formando las cataratas que hoy podemos ver.
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Héctor en Pamukkale. |
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Yolanda, Izan y Joel en Pamukkale. |
En cada una de las terrazas que se van formando hay pequeñas piscinas con forma de media luna y poca profundidad y con un agua color esmeralda que parece irreal, como todo el entorno.
Una tras otra, en una colosal escalera de blanco rabioso se suceden las piscinas naturales de sal cristalizada, una visión cautivadora que varía de aspecto según la hora del día y que con la puesta de sol alcanza colores mágicos.
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Terrazas de Pamukkale. |
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Pamukkale. |
Yo os aconsejo que una vez hayas visto las terrazas o piscinas más concurridas, te alejes siguiendo el camino de tablas de madera que hay, pues sólo unos metros más allá, el tumulto y la multitud, las piscinas repletas de turistas, dan paso a terrazas desiertas y tan bellas o más que las que ve todo el mundo.
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La familia al completo en Pamukkale. |
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Pamukkale. |
Esa zona está prohibida para el baño o para que sea pisada, de ahí que las fotos en esa parte de Pamukkale sean más desérticas.
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Pamukkale, personalmente muy recomendable. |
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Pamukkale, la parte más baja. |
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Agua turquesa de las terrazas de Pamukkale. |
Si queremos disfrutar de las aguas termales hay en lo alto una piscina natural, bastante cara por cierto (30 liras turcas los adultos), con césped, tumbonas, bar con terraza, aseos, etc, no debéis perderoslas
piscinas Cleopatra.
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Yolanda y los niños en las Piscinas Cleopatra. |
Esta popular piscina, esparcida con fragmentos de mármol de las columnas, pueden ser los restos de un estanque sagrado asociado al templo de Apolo.
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Los niños y yo en la piscina Antique. |
El agua termal en la piscina Antique o Cleopatra es muy importante para la salud humana, además de los bienes de la tierra y artefactos históricos.
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"Submarinismo" en la piscina Antique. |
Son de la época del Imperio Romano, Hierápolis y era exactamente un centro de salud. En esos años, miles de personas se acercaba a los baños que hoy son las piscinas.
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Aguas transparentes y ruinas sumergidas. |
Investigaciones en el agua de las piscinas aseguran que es buena para las enfermedades cardíacas, arteriosclerosis, hipertensión, reumatismo, enfermedades de los ojos y de la piel, raquitismo, trastornos nerviosos, problemas de agotamiento nervioso y físico circulatorio y además cuando se ha bebido es bueno para enfermedades digestivas.
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Piscinas Cleopatra, Izan, Joel y yo. |
El agua de la piscina termal está entre 36 ° C a 57 ° C, el valor de pH es 5,8. El agua del spa tiene su interior bicarbonato, sulfato, dióxido de carbono, en parte con el hierro y la combinación radiactivos, así como decenas de minerales más.
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Yolanda nadando en las piscinas Cleopatra. |
La Piscina de Cleopatra está abierto todo el año y los visitantes pueden nadar en la piscina.Yo aconsejo, pese a su elevado precio, un baño en las piscinas, que, además de ser un placer para la vista bañarse en esas aguas tan cristalinas con restos de ruinas en el fondo, es un placer para la piel. Sólo recordaros que debéis llevar vuestras propias toallas, aunque sean las del hotel donde os alojéis, y que hay cambiadores y taquillas donde dejar los objetos de valor.
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Piscinas Cleopatra. |
Uno de los grandes aciertos del viaje junto con el
vuelo en globo por la Capadocia.
Después del relajante baño en las piscinas Cleopatra, volvimos a pasear por las formaciones calcáreas de Pamukkale, disfrutando de la puesta de sol, haciendo decenas de fotos, hasta que se hizo hora de cenar y regresar al hotel.
Al lado de Pammukale, tenéis las
cuevas de Kaklik, que es como Pamukkale en pequeñito y subterráneo. No las conozco pero dicen que son bonitas.
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Terraza del Venüs Hotel. |
Una vez terminada la cena, salimos a descansar un rato en una de las terrazas del hotel, queríamos disfrutarlo pues esa iba a ser nuestra única noche allí, al día siguiente partíamos hacia...ya os lo contaré...
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