Tras la visita a las ruinas de Éfeso nos dirigimos hacia las ruinas de las antiguas ciudades griegas de
Priene, Mileto y Dídima, situadas al sur de Selçuk.
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Templo de Atenea. |
Cuando llegamos a
Priene, a casi 60 km., los niños estaban viendo una película en el DVD y no querían salir, y Yolanda, después de ver Éfeso, decidió no acompañarme en la visita y quedarse en el coche descansando y cuidando de los pequeños, así que cogí las cámaras y me dirigí a las taquillas.
Después de pagar las 5 liras de la entrada y subir una empinada colina, llegué a las ruinas de Priene.
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Priene. |
Alejandro Magno recaló en la ciudad y sufragó el
templo de Atenea (siglo IV a.C.), uno de los grandes logros de la arquitectura jónica, la visita más destacada que hoy se realiza en la antigua urbe griega. Se conservan el bouleuterion –lugar de reunión del consejo que albergaba a 640 delegados– y las magníficas cinco columnas del templo jónico de Atenea.
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Vistas del Egeo desde Priene. |
La visita fue rápida por varios motivos, primero porque las ruinas no son demasiado grandes, también porque lo más destacable e importante es sólo el templo de Atenea, destruido por un terremoto, y, como no, por no hacer esperar demasiado a mi familia.
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Teatro de Mileto. |
A más o menos de 30 minutos en coche (menos de 30 km) se encuentra
Mileto, antiguamente un importante centro comercial y cultural además de puerto, que los sedimentos dejaron tierra adentro. Lo más destacable es su teatro del 100 d. C., con aforo para 15.000 espectadores, y como se veía bien desde el parquing, decidimos no parar a visitarlo, pues los niños se acababan de dormir...
Como curiosidad añadiré que Tales de
Mileto, considerado el primer filósofo de la filosofía occidental, nació aquí.
La tercera y última de las antiguas ciudades griegas al sur de Éfeso que visitamos es
Dídima, a tan sólo 16 kilómetros de Mileto.
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Templo de oracular Apolo, Dídima. |
Aparcamos en el parquing del recinto y como los niños seguían durmiendo, me acerqué yo solo a las ruinas.
Desde fuera del recinto se ve perfectamente el
templo de oracular Apolo, que data del siglo VII a.C, con la Medusa pétrea, que se cuenta entre los santuarios más importantes del mundo, así que una vez más nos ahorramos la entrada. En sus días el templo de Apolo contaba con 108 columnas jónicas, de las cuales tan sólo 3 permanecen intactas, no obstante los restos son impresionantes. Destruido por los persas a mediados del s. VI a. C. fue restaurado hacia el 350 a. C. por Alejandro Magno. Con el cristianismo pasó a ser una iglesia y
Dídima se convirtió en obispado. En 1943, un terremoto destruyó el templo y la ciudad fue abandonada.
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Playa de Dídima. |
Cuando terminé le tocó el turno a Yolanda, y después de su visita nos dirigimos un poco más al Sur, en busca del mar para darnos un chapuzón, más concretamente, buscando la
playa de Altinkum, que, según dicen, es una de las más hermosas de la costa egea.
Tampoco nos complicamos demasiado y paramos en la primera playa que encontramos, pues ya casi era hora de comer, así que nos estuvimos bañando y refrescando en la playa durante casi una hora hasta que el hambre hizo aparición en los pequeños de la casa.
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Yolanda y Joel disfrutando de la playa. |
Algunos pensaréis que estuvimos demasiado poco en la playa, pero es que en Castellón vivimos a sólo 10 minutos de la playa, así que no tenemos "el mono" de playa que suele llevar siempre la gente de interior.
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Izan en la entrada del Didim Aqua Park. |
Comimos en uno de los muchos restaurantes de la zona de
Dídima, muy turística por cierto, y después nos fuimos a pasar la tarde a un parque acuático cercano, el
Didim Aqua Park, donde disfrutamos de las piscinas y toboganes desde las 15:00 hasta más de las 18:00, cuando cerraba el mismo.
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Didim Aqua Park. |
Aquí tanto Izan como Joel se lo pasaron en grande, pues además de piscinas y toboganes habían colchonetas y un parque infantil similar a los que hay ahora en España en los bares para hacer fiestas de cumpleaños para niños.
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Joel en el Didim Aqua Park. |
Una vez fuera del parque acuático regresamos a Selçuk y decidimos volver a
Şirince, pues el Domingo cuando llegamos ya había oscurecido y merecía la pena darse una vuelta por el pueblo.
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Şirince. |
Después de pasear por sus calles y comprar algún producto típico, volvimos a nuestro hotel y de ahí a cenar a uno de los restaurantes locales (sin turistas) de Selçuk.
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Şirince. |
Otro día os cuento más...
3 Comments:
Grandes fotos Hector
un buen recorrido el que hicisteis
un abrazo
Buena forma de combinar diversión y cultura.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
ja ja ja a mí me pasa igual como yo aún soy más fanático, mi mujer se queda veces haciendo de canguro bajo promesa que volveré pronto...
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