. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Sevilla-Semana Santa de 2009-Día 1

lunes, 13 de mayo de 2013

Sevilla-Semana Santa de 2009-Día 1

Hacía mucho tiempo que nos apetecía visitar Sevilla, y que mejor época para hacerlo que en Semana Santa o en la Feria de Abril, así que nos decidimos por hacerlo para ver las procesiones, y ya de paso, hacerles una visita a unos amigos de Málaga, en un viaje a Andalucía que duraría cinco noches, tres en un hotel, pues entonces no conocía la existencia de los apartamentos de GowithOh, muy buena opción si viajas con niños, y las otras dos en Málaga en casa de nuestros amigos.

Trayecto aeropuerto-centro Sevilla y paradas.
Trayecto aeropuerto-centro Sevilla y paradas.
Después de llegar al aeropuerto de Sevilla procedentes de Valencia, y después de recoger el equipaje recorrimos los 10 kilómetros que separan al aeropuerto de San Pablo de la ciudad en autobús, lo que a día de hoy cuesta 4€ (el billete se puede comprar en el mismo autobús) y alrededor de 35 minutos si vas a la última parada, la Estación de autobuses Plaza de Armas.


Fachada de la Casa de Pilatos.
Fachada de la Casa de Pilatos.
Una vez en nuestro alojamiento, situado justo detrás de la catedral, nos decidimos por ir en primer lugar a la Casa de Pilatos, a sólo 10 minutos a pie.

Casa de Pilatos.
Casa de Pilatos.
Su construcción se inicia a finales del s. XV por deseo de D. Pedro Enríquez, Adelantado Mayor de Andalucía, y por su mujer, Catalina de Ribera. Se le considera como un "prototipo" de palacio andaluz, que mezcla elementos de estilo renacentista italiano y el estilo mudéjar español.

Portada de ingreso de la Casa de Pilatos.
Portada de ingreso de la Casa de Pilatos.
La portada de ingreso del edificio se remata por una crestería gótica realizada en Génova por Antonio María Aprile, es de estilo renacentista y fue construida en 1529.

Patio principal de la Casa de Pilatos.
Patio principal de la Casa de Pilatos.
En el interior un patio andaluz ( el principal), donde una fuente hace de centro, tiene decoración principalmente plateresca y mudéjar, desde donde se llega a dos preciosos jardines, y un pabellón.

Jardines de la Casa de Pilatos.
Jardines de la Casa de Pilatos.
Al piso superior se accede por una grandiosa escalera decorada con zócalos de azulejos y cubierta con cúpula de madera, donde se conservan una importante colección de pinturas desde el siglo XVI al XIX, entre las que destacan: La Piedad de Sebastián del Piombo, de 1539, en la sala del Torreón; un pequeño Goya representando el arrastre del toro, en la sala contigua a la anterior; un bodegón de Giusseppe Recco, en el comedor; y una tabla representando a la Magdalena, obra del siglo XVI, en la sala que antecede al archivo, en el cual se encuentran tres pinturas de Lucas Jordán, de gran calidad y belleza.

Destaca también la escultura de un Buen Pastor paleocristiano dónde se funde aún la tradición romana con el tema cristiano; así como figuras paganas como la diosa Palas, o de emperadores romanos a los que se une la figura de Carlos V con clara simbología política.

Jardines de la Casa de Pilatos.
Jardines de la Casa de Pilatos.
En la actualidad es residencia permanente de los duques de Medinaceli.

Por cierto, existen dos tipos de entradas, una que te permite ver sólo la planta de abajo (6€) y otra que te permite ver las dos plantas (8€).

Después de esta visita nos fuimos paseando hasta el río Guadalquivir, que cruza la ciudad, más concretamente a las inmediaciones de la famosa Torre del Oro.

Torre del Oro.
Torre del Oro.
La Torre del Oro, además de ser el icono de Sevilla (o uno de ellos), es una torre albarrana situada en la orilla izquierda del Guadalquivir, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza.

Fue levantada en el primer tercio del siglo XIII, más concretamente en 1221, y tenía carácter defensivo pues desde su pie y hasta la otra orilla del río se disponía una cadena que cerraba la entrada del puerto. Su nombre en árabe era Borg-al-Azajal, que venía a expresar, que el revestimiento de azulejería dorada que destellaba al sol era como el oro y se reflejaba en el río dañando la vista.

Arquitectónicamente, es de planta dodecagonal. Presenta tres cuerpos: el más elevado circular. El segundo es de ladrillos y de planta hexagonal, posee decoración cerámica en cintas verdes recuadrando los arcos(grata innovación en su época) y en el primero se superponen tres plantas cubiertas con bóvedas de arista.

La Torre del Oro y la Giralda.
La Torre del Oro y la Giralda.
Su altura es de 36 metros. Se encuentra en buen estado de conservación y alberga un Museo Naval que exhibe variados objetos y piezas relacionados con la vida marinera sevillana como maquetas, grabados, instrumentos de navegación, cartas marinas, etc.

Ya que estábamos en el río, decidimos hacer uno de los muchos cruceros por el Guadalquivir que se ofrecen.

Puente de la Barqueta.
Puente de la Barqueta.
El río Guadalquivir (río grande en árabe) tiene la peculiaridad de ser el único río navegable de España.

Desde la cubierta de la embarcación, durante una hora aproximadamente pudimos contemplar los puentes viejos como el Puente de Isabel II o de Triana, los nuevos construidos para la Expo del 92 como el Puente de la Barqueta o el Puente Alamillo (diseñado por Calatrava), los edificios de la Expo, etc.

Puente Alamillo.
Puente Alamillo.
De entre todos los puentes yo destacaría el Puente de Isabel II o de Triana porque fue el primer puente fijo tendido sobre el Guadalquivir, reemplazando al puente de barcas almohade de 1171,y es una excelente muestra de la arquitectura en hierro.

Construido entre 1845 y 1852 por los ingenieros franceses Bernadet y Steinacher, siguiendo el modelo del desaparecido puente parisino del Carrousel, fue declarado Monumento Histórico Nacional, el 13 de Abril de 1976.

Puente de Isabel II o de Triana.
Puente de Isabel II o de Triana.
Fue construido en su totalidad con pilares de piedra e hierro y excluyendo la madera. Es un ejemplo de la arquitectura de hierro del siglo XIX. Se compone de tres arcos, de 43,464 m de luz cada uno, para su construcción se empleó hierro procedente de El Pedroso. El puente está apoyado sobre los restos del antiguo Castillo de San Jorge, y tiene una gran rampa de contención que llega hasta la calle de San Jorge.

Para mi es una de las actividades que no te puedes perder en Sevilla...

Una vez finalizado el crucero, dimos un paseo por la calle Betis para ver Sevilla iluminada, pues ya había anochecido y tapeamos un poco a modo de cena, pues no hubiera sido normal estar en esta ciudad y no integrarse en ella con el tapeo tan típico de andalucía y Sevilla.

Más tarde volvimos a nuestro alojamiento a descansar...había sido un día largo.

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