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Auberg du Pont d'Arc. |
Después del descenso en kayak por el río Ardèche y contemplar durante unos minutos el maravilloso Pont d'Arc, en ese mismo punto del río pero a la altura de la carretera se encuentra el
Auberg du Pont d'Arc un hostal-restaurante donde comimos una vez cambiados en los lavabos del restaurante, pues, tras el kayak, estábamos empapados y con calzado de agua.
Menos mal que el ejercicio nos abrió el apetito porque la cantidad de comida servida fue bastante abundante...
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Primer plato en el Auberg du Pont d'Arc. |
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Plato principal en el Auberg du Pont d'Arc. |
En esta ocasión hemos degustado los productos y platos típicos de la
zona de Ardèche y alrededores como olivada (tapenade) y embutido como picoteo, ensalada y embutidos de primero y carrillada de cerdo con verduras y patata de plato fuerte, todo ello acompañado como ya es habitual en este
#blogtripardèche por vinos de la tierra tanto tinto, como blanco y rosado.
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Tabla de quesos en el Auberg du Pont d'Arc. |
Después de toda esa comida nos sacaron unos quesos riquísimos para toda la mesa y tras eso vino el postre, macedonia de frutas para unos, tartas varias para otros y helado de castaña (producto típico de Ardèche) para mi, finalizando la comida cerca de las 16:00 con el café y la copa de licor de rigor...¿qué más se puede pedir?
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Todos los participantes del #blogtripardèche en las Gargantas. |
Una vez terminada la comida nos adentramos en las
Gargantas del ardèche o
Gorges de l'Ardèche en una ruta por la carretera turística, temerariamente trazada en la margen izquierda del río que sube al asalto de la cornisa ofreciendo impactantes panorámicas desde sus numerosos miradores.
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Pont d'Arc, entrada a la reserva natural de las Gargantas del Ardèche. |
La mayor parte de las gargantas fue declarada reserva natural en 1980 y
el conjunto nombrado Gran Sitio de Interés Nacional en 1993.
Hicimos tres paradas, la primera en el
mirador del Pont d'Arc, con preciosas vistas del mismo.
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Mirador Serre de Tourre. |
La siguiente parada al
mirador del Serre de Tourre, donde se aprecia claramente un gran meandro del río Ardèche.
Por último nos detuvimos en el
mirador de la Madeleine, situado junto a una de las muchas cuevas de la zona que podríais visitar en Ardèche, la
Gruta de la Madeleine.
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Mirador de la Madeleine. |
Este mirador también ofrece un paisaje espectacular de esta parte de la reserva natural de las Gargantas del Ardèche.
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Bourg st Andéol. |
Unas dos horas y pico después de salir del restaurante llegamos al pueblo donde íbamos a dormir esa noche y donde tendríamos nuestra última visita del día,
Bourg St Andéol en la orilla derecha del río Ródano o Rhône.
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Bourg st Andéol. |
Esta población es bastante más grande que
Balazuc y
Labeaume, visitadas ayer, por lo que hay más sitios para visitar que en ellas.
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Exterior del Palais des Évêques de Bourg St Andéol. |
Nosotros nos centramos en la visita al
Palacio de los Obispos o
Palais des Évêques, donde nos esperaba su actual propietario para realizar una visita guiada.
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Fachada interior del Palais des Évêques. |
El palacio se convirtió en la residencia privada de los obispos de Viviers, señores dominantes de Bourg-Saint-Andéol desde mediados del siglo XIII.
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Interior del Palais des Évêques. |
A mitad del siglo XIX fue vendido a unas monjas que lo convirtieron en escuela privada. Se convirtió en propiedad privada en septiembre de 2000 y desde entonces sus actuales propietarios han ido restaurándolo poco a poco.
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Sala de los Estados, Palais des Évêques. |
Debido a esta restauración, en nuestra visita guiada sólo pudimos apreciar unas pocas habitaciones o salas de las 102 que posee el edificio, como varias habitaciones amuebladas, la sala de los Estados (donde pronto se realizarán cenas medievales con disfraces) o las cocinas.
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Cocina, Palais des Évêques. |
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Cocina, Palais des Évêques. |
Monumento Histórico desde 1946, el Palacio de las Cien Piezas, como también se lo conoce, está repleto de techos pintados del siglo XVII, chimeneas y muebles de época.
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Techos pintados del Palais des Évêques. |
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Techos pintados del Palais des Évêques. |
Una curiosidad del palacio es el museo que alberga en su interior, situado en el noroeste del edificio, en la capilla neogótica de mediados del siglo XIX (restaurada de 2006 a 2008), el
Museo Margotton.
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Capilla neogótica del Palacio de los Obispos. |
El museo alberga cerca de cincuenta obras del maestro René Margotton de inspiración religiosa y secular.
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Museo Margotton. |
Él es el heredero de los cubistas con todo lo que ello implica, como rigor y equilibrio en la composición de las pinturas.
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Museo Margotton. |
Falleció el 22 de diciembre de 2009 en su estudio de París a los 95 años.
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Entrada al Hotel Digoine. |
Tras la visita a este palacio caminamos hasta nuestro hotel, el
Hotel Digoine, sin ninguna duda el hotel más bonito en el que me he alojado hasta hoy.
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Patio interior del Hotel Digoine. |
Se trata de una mansión del siglo XVIII de grandes salones barrocos con varias habitaciones y suites decoradas como los países de la Ruta de la Seda.
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Salón del Hotel Digoine. |
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Salón del Hotel Digoine. |
La decoración del hotel Digoine evoca el viaje de Mathieu Giraud, antiguo propietario de la casa y comerciante de seda, en el siglo XIX, cuando los gusanos de seda son diezmados por pebrine (una enfermedad) y va a China para la compra de nuevas cepas.
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Mi habitación en el Hotel Digoine. |
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Mi habitación, "Valle de los Rubíes". |
Con nombres tan evocadores como "Carnaval de Venecia", "Me embarqué en el Marco Polo", "Noche en Kirguistán", "Capullos de Chian" o, la que me tocó a mi "Valle de los Rubíes" las habitaciones acogen a los turistas con aires lejanos y nos invitan a no abandonarlas.
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Antigua cocina, Hotel Digoine. |
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Antigua cocina, Hotel Digoine. |
Una vez dejado el equipaje en nuestras habitaciones quedamos para cenar en el mismo hotel, en la antigua cocina, decorada con un gusto exquisito como el resto del hotel.
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Antigua cocina, Hotel Digoine. |
Tuvimos la suerte de tener una cena ligera, pues tras la copiosa comida nadie estaba demasiado hambriento.
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Cena, Hotel Digoine. |
La cena consistió en una sopa de tomate con queso, una trucha al limón con guarnición y un helado de postre, como ha sido costumbre en el
#blogtripardèche acompañado de vino.
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Postre, Hotel Digoine. |
Después de cenar nos fuimos a dormir, estábamos cansados y todavía nos quedaban dos días por delante...
2 Comments:
Qué buen viaje.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
La verdad es que si Paco...Saludos, nos vemos por el mundo.
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