Viernes 16 de Agosto 2013-El Este del Algarve, llegando a Albufeira

Después de pasar 2 maravillosos días en casa de nuestros buenos amigos de Fuengirola, Kiko y Virginia, donde también tuvimos la suerte de conocer a Álvaro, segundo hijo de otros amigos de Mijas llamados Fran y Sari y que nació justo el día que llegamos allí, pusimos rumbo a Portugal, donde llegamos 4 horas después, justo a la hora de comer.

Castillo de Fuengirola.

Cenando con nuestros amigos malagueños.

Aconsejo poner gasolina en la última gasolinera de España, junto a la frontera en la autopista, más de 10 céntimos de euro más económica que en Portugal o España.


El primer pueblo donde paramos, junto a la frontera, es Castro Marim, donde antes de visitarlo comimos.

Posee dos grandes castillos ubicados en las dos colinas que asoman sobre las salinas de este pueblo de pescadores.

En una colina, el castillo; en otra, la fortaleza en forma de estrella. Entre ambos se extienden las casas blancas de Castro Marim, de coloridas cornisas, azoteas y chimeneas enrejilladas. Alrededor, el castaño oscuro de las vistas refrescado por el azul del río y el horizonte del mar.

Castro Marim.

El centro histórico de Castro Marim, ligado a la iglesia, el castillo y la fortificación, tiene las calles con casas que por su sencillez reflejan la típica arquitectura algarvía. El blanco, siempre predominante, es contestado por doquier por los ocres y azules luminosos. Las cornisas son un exponente claro del gusto por las formas geométricas o por los motivos florales. 

Iglesia Matriz, Castro Marim.

En el pueblo destaca la Iglesia Matriz. El edificio data de los siglos XVIII y XIX, debido a la conversión de una ermita en iglesia. En 1960, un incendio destruyó destacados elementos de su patrimonio. La iglesia integra un armonioso conjunto en el que el elegante cimborrio, cubierto por una falsa claraboya, constituye el elemento más destacable. En la capilla mayor y en las capillas laterales merecen especial atención las imágenes del Arcángel San Gabriel (siglo XV), con restos de policromía, de Nossa Senhora da Encarnação e dos Mártires  o Nuestra Señora de la Encarnación y de los Mártires, del siglo XVI, y de una armoniosa Santa Lucía  del siglo XVIII.

Yolanda, Izan y Joel en el Castelo Velho.

Pero lo más destacable es el Castillo viejo o Castelo Velho, al norte de la localidad, construido en el s.XIII y que perteneció a la orden de los Caballeros Templarios.

Castillo viejo o Castelo Velho.

El castillo, de posible origen musulmán (s. X a XII), de forma cuadrada con torreones circulares en las esquinas y dos puertas, se encuentra dentro de las murallas de la fortaleza que se levantaron en el s. XVII y que son seis veces más grandes.

Iglesia de la Misericordia, Castillo viejo o Castelo Velho.

Las murallas envuelven también la antigua Iglesia de la Misericordia, con un portal renacentista y, en su interior, dos sepulcros del siglo XVII, así como las ruinas de los edificios destruidos por el terremoto de 1755, entre las que destacan la iglesia parroquial de S. Tiago (siglo XIV), en honor a Santiago, y el palacio de los alcaides. 

Detalle del Castillo viejo.

Quien sube al castillo de Castro Marim, contempla a un lado el mar y al otro las redondas formas de los montes que se extienden hasta el horizonte. La pared amurallada que rodeó la ciudad medieval en la cima del monte, tiene su origen en los siglos XIII-XIV. Durante las Guerras de la Restauración (1640-1668), el castillo fue equipado de acuerdo con las técnicas más novedosas de guerra así como para la utilización de cañones.

Yolanda y Joel en el Castelo Velho.

El castillo ofrece unas excelentes vistas del río Guadiana, de la ciudad, de las salinas y, también, de la serranía circundante y de vastos horizontes de mar.

Fortaleza de San Sebastián o Fortaleza de São Sebastião.

La Fortaleza de San Sebastián o Fortaleza de São Sebastião, en la colina opuesta, data del s. XVII y es una parte de un complejo defensivo mucho mayor, cuyas murallas rodeaban por completo la localidad, algunas de las cuales siguen siendo visibles entre las casas. No se si se puede visitar, pero nosotros no lo hicimos.

Vistas desde lejos, las salinas de Castro Marim parecen espejos reflejando el sol, y los montes de sal blanca, blancas pirámides dibujadas en el azul del cielo. Éstas bordean Castro Marim por el lado del Guadiana desde hace siglos. Visitar las salinas (cosa que no hicimos) ofrece la oportunidad de observar, cómo por la evaporación, se van formando los cristales a partir del agua cada vez más cargada de sal.

Tras la visita a Castro Marim, nos dirigimos a la cercana Playa o Praia de Monte Gordo, a menos de 10 kilómetros de la localidad.

Yolanda, Izan y Joel en la playa Monte Gordo.

Esta playa es ideal para los amantes del mar tranquilo, es una famosa playa muy concurrida rodeada de vegetación y pinares. La playa es tan popular por estar equipada con chiringuitos, restaurantes, tumbonas y ofrecer un ambiente muy completo en verano. El agua está cristalina y es más cálida que las playas del Algarve Occidental. Por eso está especialmente pensada para familias. Aunque la consideran una de las mejores playas del Algarve, a nosotros, acostumbrados a las playas de Castellón, nos pareció una playa de lo más normal.

Casas blancas y azules de Cacela Velha.

Después de merendar nos acercamos a Cacela Velha, a 11 kilómetros de Monte Gordo, una pequeña aldea situada en una loma de arena frente al Río Formosa, con un puñado de casas blancas y azules típicamente del Algarve, situada en un alto de arena sobre el mar en torno a una iglesia y una fortalezar. Se encuentra próximo a la localidad de Tavira y al Parque Natural da Ría Formosa.

Vistas desde Cacela Velha.

No hay mucho que hacer allí que tiene que decir, pero el pueblo y las vistas son verdaderamente encantadoras, así que tras un corto paseo por el pueblo nos trasladamos al que iba a ser nuestro campo base durante las seis próximas noches, Albufeira, a poco más de una hora de aquí.

Pero antes de llegar ahí hicimos una breve parada (breve porque estaba cerrado) en Almancil, más concretamente en la iglesia de São Lourenço dos Matos, junto a la N125, al este de la localidad.

Almancil, iglesia de São Lourenço dos Matos.

El hecho de haber ocurrido un milagro en 1722 cuando se buscaba agua, llevó a la construcción de la capilla. Estructura arquitectónica barroca, de la que destaca la elegante cúpula y los paneles de azulejos localizados sobre el pórtico principal y en la parte posterior de la capilla mayor. Los azulejos que revisten las paredes, la bóveda y la cúpula relatando la vida del Santo - producidos en Lisboa, en 1730 - forman uno de los más extraordinarios conjuntos de Portugal, dando a la capilla un prestigioso lugar en la historia del arte.

Intentamos volver otro día, pero no tuvimos tiempo...

Estuvimos alojados en un apartamento a las afueras de albufeira con piscina y todas las comodidades...bueno, todas excepto Wi-Fi.

Nuestro apartamento en Albufeira.

Después de aclimatarnos y darnos un chapuzón en la piscina cenamos y a descansar, el día siguiente iba a estar repleto de sorpresas para ellos, y había que reponer fuerzas.

Comentaros que la zona que visitamos hoy es la menos interesante a mi juicio, pero nos venía más cómodo hacer alguna parada entre Fuengirola y Albufeira y elegimos las tres o cuatro localizaciones que os he contado ya, aunque repito, a mi juicio totalmente prescindibles.

Os dejo con un corto vídeo de la fortaleza de Castro Marim: