El Miércoles por la tarde salimos de Castellón en dirección a Francia. Llegamos por la noche a
Perpignan o
Perpiñán donde dormimos.
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Mapa de Perpignan o Perpiñán. |
A la mañana siguiente decidimos hacer una corta visita a la ciudad, aunque en principio no lo teníamos previsto, además empezaba a llover, así que no lo hicimos largo, fue un corto paseo por algunos de los principales monumentos del centro.
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Perpiñán, El Castellet. |
Tras aparcar en un parquing céntrico (Boulevard Wilson), caminamos hasta
El Castellet, el símbolo de la ciudad.
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Perpignan, El Castellet. |
Este edificio fue primero la puerta principal de la ciudad, después una cárcel. Fue construido en ladrillo rojo y mármol a finales del siglo XIV, en 1368, durante el reinado de Pedro IV de Aragón, después de la vuelta del Rosellón a la corona de Aragón. La puerta Notre-Dame o pequeño Castellet fue añadida por el rey Luis XI durante la ocupación francesa, entre 1477 y 1480.
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Riachuelo La Bassa frente al Castellet. |
Dentro del edificio se encuentra el Museo de historia de la Cataluña del Norte Joseph Deloncle. Se puede subir arriba de la torre del monumento.
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El Castellet. |
Nos adentramos después al casco viejo de Perpiñán, con calles estrechas y casas bien conservadas, por la calle Louis Blanc hasta la Place de la Loge, donde está el Ayuntamiento, reconstruido en 1951 y la Lonja.
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El Ayuntamiento de Perpiñán. |
En la fachada del
Ayuntamiento, hay tres brazos de bronce simbolizan para algunos las "manos" de las distintas categorías de la población, sin embargo otros aseguran que se trata simplemente de hachones para sostener las antorchas. En el patio renacentista destaca el Bronce de Maillol (La Mediterránea). En el interior, la sala de los matrimonios cuenta con un hermoso artesonado del s. XV.
Cerca de aquí, con el castellet a nuestras espaldas y dirigiéndonos a nuestra izquierda está la
Catedral de St-Jean o San Juan Bautista.
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Fachada de la Catedral de St-Jean. |
Comenzada en 1324 por el segundo rey de Mallorca, Sancho de Aragón, no se consagró hasta 1509. La Catedral es de estilo gótico meridional pero durante toda su
existencia ha sufrido reformas de hecho la fachada occidental aun no se
ha acabado. La fachada con un aparejo de cantos rodados y ladrillo tiene influencia catalana.
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Interior de la Catedral de St-Jean o San Juan Bautista. |
Su única nave es imponente; en una de las capillas laterales se conservan los batientes pintados de la caja del órgano. El templo cuenta con ricos retablos, destacando el desgarrador Dévot Christ una Crucifixión de madera tallada, el retablo mayor del siglo XVI al Siglo XIX, el órgano que tiene cosas
del año 1504, las vidrieras que son del siglo XIX y el Santo Cristo que
esta en la capilla del mismo nombre que es del siglo XIV. Bajo el órgano, un pasadizo permite acceder a la capilla románica de Notre-Dame-dels-Correchs donde se conservan numerosas reliquias.
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Palacio de Justicia de Perpiñán. |
Después de estas visitas, callejeando por la ciudad, llegamos hasta el
Palacio de Justicia, un edificio muy impresionante con sus columnas y sus dos estatuas enormes que representan la orden y la justicia, a un lado y otro de la puerta de madera de entrada.
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Plano de Saint Guilhem le Désert. |
Tras esta visita volvimos al coche y pusimos rumbo a
Saint Guilhem le Désert, a poco más de hora y media de Perpignan, lo que dura una película de dibujos animados del DVD portátil...
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Plaza de la Libertad. |
Este pequeño pueblo medieval francés merece realmente la pena, aunque es realmente pequeño, se puede ver en una horita si no te entretienes demasiado.
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Iglesia de la Abadía de Gellone. |
Este Sitio Nacional de Gran Mérito es uno de los
Pueblos Más Bellos de Francia, y su abadía está inscrita en el
Patrimonio Mundial de la UNESCO bajo la categoría del Camino de Santiago de Compostela en Francia.
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Saint Guilhem le Désert, Abadía de Gellone. |
El pueblo, desarrollado en el siglo XI alrededor de la Plaza de la Libertad, donde está la
Abadía de Gellone, ha conservado una profunda huella medieval y constituye un conjunto de una armonía nada frecuente en Languedoc.
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Abadía o monasterio de Gellone. |
En el año de 804 el noble guerrero Guillaume de Gellone, primo de Carlomagno, fundó el Monasterio de Gellone a las orillas del río Verdus. Por aquel entonces ya había abandonado las armas y dejado atrás las guerras para convertirse en monje. Después de su muerte el monasterio pasó a llamarse Saint-Guillem en su homenaje.
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Claustro de la Abadía de Gellone. |
Descacaremos en la Abadía de Gellone, su cripta
pre-románica, el claustro románico, el órgano del año 1782 construido por el
célebre constructor J.P. Cavaillé, el altar litúrgico de Guilhem, del siglo XII, esculpido en mármol blanco y negro y las reliquias de San Guilhem y la Vraie Croix de Carlomagno.
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Callejuelas de Saint Guilhem le Désert. |
Construido en piedra en suaves tonos de amarillo,
Saint-Guilhem-le-Désert parece un pueblecito de juguete perdido en un valle encantado.
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Saint Guilhem le Désert. |
Es pequeñito, pero sin que te des cuenta pasarás más de un par de horas caminando por sus callecitas y descubriendo preciosos detalles: una puerta, una ventana, un jardín, un balcón...
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Balcón de Saint Guilhem le Désert. |
De visita obligada son la Place de la Liberté, la Iglesia de Saint-Laurent (románica del siglo XI), la Tour des Prisons (torre medieval del siglo XII) y el Castillo de Géant, ambos fortificaciones medievales.
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La calle principal de Saint Guilhem le Désert. |
Si bien es cierto que sus calles imbricadas las unas en las otras, cubiertas de tejas patinadas por el sol y el peso de los años, no son todas singulares, no es menos cierto que todas ellas muestran al descubierto el rastro de su pasado: arquerías, dinteles, ventanas…
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Uno de los rincones más bonitos de la población. |
Saint Gilhem le Désert posee también numerosos vestigios románicos de sus orígenes del siglo XI, arcadas, trazados y renacentistas en ventanas y casas.
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Río Verdus, Saint Guilhem le Désert. |
Como curiosidad contaré que cuando Guillaume de Gellone llegó a ese
paraje después de haber cruzado las gargantas del Hérault, lo definió
como un desierto no por la ausencia de vegetación sino por la ausencia
de gente. De ahí viene el "le désert" del nombre del pueblo.
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