Antes de seguir con el relato que teníamos a medias, el de la mañana y mediodía del Jueves 28, la
primera parte de este artículo, os dejo con alguna foto más de Saint Guilhem le Désert.
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| Claustro de la Abadía de Gellone, Saint Guilhem le Désert. |
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| Saint Guilhem le Désert. |
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| Río Verdus, Saint Guilhem le Désert. |
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| Saint Guilhem le Désert. |
Una vez callejeado Saint Guilhem, pusimos rumbo a Marsella, pero hicimos una parada a poco más de una hora de la salida para ver un interesante pueblo,
Aigües-Mortes.
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| Plano de Aigües-Mortes. |
El nombre de
Aigües-Mortes proviene del latín Aquoe Mortuoe y se refiere a la época en la que la ciudad aún no existía y únicamente se encontraban en la zona marismas y pantanos. Toda la región costera desde Agde y Sète es una llanura litoral que antaño fue muy pantanosa y donde el poblamiento era muy reducido.
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| Murallas de Aigües-Mortes. |
La aldea originaria pertenecía a un monasterio. Fortificado, el nuevo puerto se convirtió en ciudad real, exenta de impuestos, particularmente, los que grababan la sal, bien preciado en aquella época.
De ese tiempo data la construcción de la carretera para comunicar el puerto y la tierra firme, por encima de las zonas pantanosas, que fue protegida por la
Torre Carbonnière.
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| Vistas de extramuros desde las murallas de Aigües-Mortes. |
Además para proteger la ciudad se construyó un gran torreón que pudiese albergar una guarnición, la Tour Constante, y después todo el sistema de murallas que contienen la ciudad vieja.
Con el paso de los siglos, la acumulación de limo y arena del Ródano y el alejamiento de la costa provocaron la pérdida de valor estratégico y portuario de Aigües-Mortes.
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| Vistas de intramuros desde las murallas de Aigües-Mortes. |
En 1481, cuando la
Provenza fue anexionada por el reino de Francia, el puerto perdió toda su importancia, siendo desplazado por Marsella y sobre todo Tolón.
Hoy la ciudad ha crecido pero sigue siendo un pequeño pueblecito de unos 7.000 habitantes y ofrece un aspecto semejante al que debió tener allá por el año 1300 cuando fue terminado.
En verano o Semana Santa, sin embargo, es difícil aparcar intramuros y los cafés y restaurantes, las pequeñas plazas y las tiendas de souvenirs están repletos, así que es recomendable no entrar con el coche en la ciudad y aparcar en los aparcamientos adyacentes, indicados con P en el mapa tal y como hicimos nosotros.
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| Vistas de intramuros desde las murallas de Aigües-Mortes. |
Lo más interesante de la población es el recinto amurallado, y ante todo recomendaría un paseo por arriba de las murallas (7,5€ y gratis menores de 25 años).
El estado de las murallas que encierran la ciudad vieja, es uno de los mejores de Europa para un recinto medieval. Construido en el siglo XIII como baluarte para la defensa del asentamiento, la muralla y sus veinte torres se extienden a lo largo de 1.634 metros, creando una ciudad cuadrada.
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| Torre de Constance, Aigües-Mortes. |
La
torre de Constance sirvió de prisión ya desde el siglo XIV, primero para los Templarios, en 1307, después, durante las guerras de religión para los protestantes y a raíz de la revocación del Edicto de Nantes (1683) cuando se llenó, básicamente de protestantes de las Cevennes y el Vivarais, entre ellos el camisard Abraham Mazel (que se evadió en 1703) y numerosas mujeres. Entre estas últimas, Marie Durand se pasó 38 años encerrada, convirtiéndose en el símbolo del lugar. A ella se le atribuye la palabra "RESISTIR" grabada en el brocal del pozo central.
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| Una de las 6 torres de Aigües-Mortes. |
Pero hay más torres en las murallas, concretamente 6 en total, entre las que destacaríamos la de
Constance, nombrada anteriormente,
La Tour de la Poudrière, un arsenal donde se guardaban las armas y la pólvora, la
Tour de la Mèche, donde se mantenía una llama constantemente encendida para las mechas de los cañones o la
Tour des Bourguignons, donde se almacenaron los cadáveres después de la matanza de 1421 tras la conquista de la ciudad por los gascones.
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| Porte de la Marine de Aigües-Mortes. |
También resaltan en la muralla las 10 puertas por las que se puede acceder al recinto entre las que destacan la
Porte de la Marine, puerta principal del puerto o la
Porte de la Reine, que lleva el nombre de Ana de Austria, que visitó la ciudad en 1622.
De dentro del recinto destacaría dos iglesias: la
Chapelle des Pénitents Gris, terminada para esta orden en 1699. El nombre proviene del color de la capucha de sus monjes. Esta capilla rodeada de cipreses posee un imponente retablo barroco esculpido por Jean Sabatier; y
Notre Dame des Sablons o
Nuestra Señora de las Arenas, construida durante el reinado de San Luis, esta iglesia fortificada (que sufrió algunos avatares, como el de ser utilizada un tiempo como depósito de sal), muy austera, posee una bonita estructura y un interior bien iluminado por vidrieras de Claude Viallat. Notable estatua de San Luis debida a Subirachs, el autor de una de las fachadas de la Sagrada Familia de Barcelona.
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| Place St-Louis de Aigües-Mortes. |
También resaltaría la
Place St-Louis, encantadora plaza animada por terrazas y cafés cuyo centro es presidido por una estatua de bronce de San Luis sobre una base en la que están esculpidas proas de barcos cruzados.
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| Vistas de las Salinas desde las murallas de Aigües-Mortes. |
Otra de las atracciones principales de la ciudad se encuentra fuera de la misma. Se trata de las inmensas
salinas, aunque nosotros no las visitamos porque, además de estar empapados porque nos había llovido con ganas, ya era tarde y estábamos cansados después de un largo día, así que decidimos ir directamente a Marsella, nuestro destino final.
Éstas se encuentran saliendo de Aigües-Mortes (la Camargue) en dirección de la ciudad turística de Grau du Roi (Rive gauche). Explotadas desde la época romana, hoy todavía las montañas de sal (camelles) se alinean en el paisaje llano y atestiguan la permanencia de una actividad agrícola relativamente respetuosa con el medio ambiente.
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| Vistas de las Salinas desde las murallas de Aigües-Mortes. |
Las
salinas de d’Aigües-Mortes, producen cada año 450.000 toneladas de sal, recogida una vez por año, a finales de agosto o septiembre. La sal, naturalmente blanca, es muy sabrosa y merece el precio que cuesta.
Casi dos horas después llegamos a la casa que habíamos alquilado en Marsella, donde cenamos y descansamos hasta el día siguiente, pero eso ya os lo cuento en otro relato.
Por cierto, la
Provenza francesa es famosa por los campos de lavanda. En estas fechas, la mayoría de campos aun no han florecido, pero encontramos alguno que ya empezaba a tener ese color lila o morado tan característico, así que os dejamos con unas imágenes de los mismos.
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| Campos de lavanda de Provenza. |
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| Campos de lavanda de Provenza. |
De todos modos, si queréis ver fotos de campos de lavanda hechas por mi, pasaros y leeros el relato de mi viaje por los departamentos de
Drôme y
Ardèche, y más concretamente
este artículo, donde la lavanda ya está en flor.
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| Mapa de la Provenza. |
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| Mapa de la Provenza. |
Para finalizar con el relato os dejo dos mapas con la mayoría de los pueblos que visitaremos en este viaje. En dichos mapas está escrita la web de donde los he sacado.
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