|
Oeste. |
Como es habitual en todos nuestros viajes madrugamos para aprovechar bien el día y después de desayunar pusimos rumbo a la zona Oeste del Algarve, empezando por Aljezur, a 1 hora de Albufeira, donde estábamos alojados.
Aljezur, con calles empinadas y casa encaladas en la que cornisas y coloridos vanos de ventana realzan las fachadas blancas, es el pueblo más grande de la cara oeste.
En lo alto del monte, se hallan las murallas del castillo, símbolo de las luchas entre moros y cristianos. En las colinas que ladean el monte del castillo, denominadas “Degoladouro” y “Cabeças”, curiosos topónimos que sugieren la conquista del pueblo a los moros, el blanco caserío parece una cascada bajando en dirección a la ribera.
|
Las calles de Aljezur. |
El
Castillo, erguido sobre un monte que se impone sobre la ribera, con ocupación humana que se remonta a la Edad del Hierro (entre 800 a.C. y 450 a.C.), aseguraba el control del puerto fluvial, obstruido hace ya mucho por los sedimentos, y que servía de unión con el mar y como defensa de la población de los ataques enemigos.
Construido durante el periodo árabe (siglo X) y conquistado a los árabes en 1249 por D. Paio Peres Correia, Maestre de la Orden de Santiago en el reinado de D. Afono III, es un vasto espacio amurallado en la que dos torres - una redonda y otra cuadrada - refuerzan las defensas. Muy dañado por el terremoto de 1755.
|
El Castillo de Aljezur. |
Casi ninguno de los pueblos del Algarve destaca demasiado, así que lo hicimos corto y empezamos un recorrido por las playas próximas, agrestes y poco concurridas.
|
Izan y Joel en la Playa de Monte Clérigo. |
Destaca a 8 km al noroeste la
Playa de Monte Clérigo, muy amplia, de arena blanca, con grandes olas para practicar surf, muy habitual en la costa Oeste.
|
Toda la familia en la parte Sur de la Playa de Monte Clérigo. |
Los chiringuitos de la playa ofrecen comida típica a la vez que permiten almorzar disfrutando de unas buenas vistas.
La playa posee una interesante plataforma rocosa en el extremo sur, donde se pueden observar diversos organismos marinos cuando hay bajamar, desde cangrejos, estrellas de mar y pulpos en los entrantes rocosos, a bancos de sargos jóvenes.
|
Playa de Monte Clérigo desde el mirador del Sur. |
También se puede tomar un baño en las diversas piscinas rocosas, al descubierto cuando baja la marea, aunque no fue el caso, el agua estaba muy fría a esas horas y no apetecía mucho bañarse, así que simplemente nos mojamos los pies.
|
En el mirador de la Playa de Monte Clérigo. |
A pesar de la relativa exposición a los vientos de norte y oeste, los extremos del arenal están resguardados. Hacia el interior, hay imponentes campos de dunas que ladean un bonito valle junto a una línea de agua efímera.
|
Los acantilados desde el mirador. |
En esta playa existe una pequeña población formada por casas de veraneo y un pinar con merendero. La bajada hacia la playa ofrece una fabulosa vista panorámica.
Dejamos esta bonita playa y nos trasladamos algo menos de 20 kilómetros hasta otra que merece mucho la pena, la
Playa de Arrifana, una cala preciosa con un paisaje espectacular a 10 kilómetros de Aljezur.
|
Playa de Arrifana. |
Tras una vertiginosa bajada en coche o una larga bajada por escaleras, se accede a una de las playas más perfectas del Algarve, aunque lo mejor es aparcar arriba y bajar andando, pues la playa suele estar muy concurrida y no hay plazas libres para el coche, ya que el aparcamiento es complicado si se va en temporada alta. Hay que ir preparado para un buen esfuerzo a la vuelta, aunque el esfuerzo
merece la pena por ver una de las playas más bonitas del Algarve.
|
Surfero en la Playa de Arrifana. |
Olas diseñadas para surferos (estaba a tope de gente aprendiendo a surfear y surferos más experimentados), agua muy transparente y acantilados gigantes de color oscuro forman una playa increíble. Impresionantes los acantilados que protegen la cala.
De lo mejor de la costa Oeste, la imponente playa de Arrifana es un extenso arenal custodiado por enormes acantilados de pizarra. Esta playa nace en una bonita ensenada en forma de concha, resguardada del frío viento y el oleaje del norte, donde existe un núcleo pesquero. El arenal es largo pero estrecho y está delimitado por altaneras escarpas de tono negro, destacando la Pedra da Agulha, un enorme peñasco que emerge del mar con una forma particular que se ha convertido en un icono de la costa sudoeste.
|
Playa de Arrifana. |
La panorámica desde lo alto es una de las estampas más típicas de la Costa Vicentina.
En el extremo norte de la playa hay un pequeño puerto pesquero. La vista panorámica de la Fortaleza da Arrifana, actualmente en ruinas, debe ser deslumbrante.
|
Izan y Joel en la Playa de Arrifana. |
A esta playa suele acudir mucha gente de las urbanizaciones y pueblos de los alrededores pero sus enormes dimensiones evitan que se masifique. Además, Arrifana es el refugio para los días de oleaje fuerte pues la pequeña bahía en la que se encuentra siempre tiene un mar más tranquilo que en el resto de playas de la zona.
En la misma playa hay un restaurante para poder comer con unas vistas espléndidas, aunque nosotros nos fuimos antes de la hora de comer, sólo estuvimos un rato, paseando la playa de punta a punta, dándonos un chapuzón y los niños, jugando con las miles de piedras que tiene como se observa en la primera fotografía de la playa.
Esta playa tiene bandera azul y está vigilada en verano.
Nuestra siguiente playa estaba a unos 40 minutos en coche, y Joel se durmió en el trayecto, así que tuvimos que conformarnos con verla desde el acantilado.
|
Playa de Castelejo. |
Se trata de la
Playa de Castelejo, una playa larga y poco visitada porque sólo se puede acceder por un sinuoso sendero desde
Vila do Obispo.
|
Playa de Castelejo. |
Más allá de la playa, en el acantilado sur, podemos obtener unas vistas increíbles en Torre de Aspa (antigua atalaya) de más de 140m., un mirador que gobierna el paisaje marino.
|
Vistas de la Playa de Castelejo. |
La playa del Castelejo es una playa con forma de concha y rodeada de altas formaciones rocosas de pizarra, acantilados altos y oscuros. En su extremo norte se levanta la Pedra da Lage, un paraíso para los mariscadores.
La playa del Castelejo tiene bandera azul.
Esta playa es frecuentada por amantes del surf y el bodyboard.
|
Decenas de surferos en la Playa de Castelejo. |
Tras esa breve parada nos dirigimos de nuevo más al sur, abandonando ya la costa Oeste, haciendo una breve parada en un supermercado de Sarges, pues se acercaba la hora de comer y nos faltaba alguna que otra cosa para comer de picnic en la siguiente playa.
Sarges es la localidad más al suroeste de Europa, a sólo 5 km del cabo de San Vicente y está situada encima de una meseta rocosa, peinada por los mismos vientos que empujan al mar contra las rocas de las cercanas playas, pero exceptuando un fuerte que más tarde visitaremos, carece de interés.
Os dejo con el vídeo de lo visto hasta ahora:
0 Comments:
Post a Comment