. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Deportes de Aventura en la Sierra de Espadán, Castellón

jueves, 3 de abril de 2014

Deportes de Aventura en la Sierra de Espadán, Castellón

Como ya sabréis los que me leéis habitualmente, hace poco que estrené una sección en el blog de viajes en la que iba a dedicarme a mostraros diferentes actividades para realizar si venís a mi provincia, Castellón, de vacaciones, bien sea solos, en pareja, o, como en nuestro caso, con niños.

Espadán Aventuras.
Sierra de Espadán.
Como la mayoría de lugares turísticos de la provincia los podréis encontrar en la web de turismo de Castellón, me decanté por enseñaros algunas de las actividades que podréis realizar por aquí, y poco a poco, iré mostrándoos más.


Espadán Aventuras.
Alrededores de Gaibiel, en plena Sierra de Espadán.
Estrené la sección con un Vuelo en Ala Delta, y la continué con un Parque Multiaventuras en Sant Joan de Moró.

Espadán Aventuras.
Gaibiel.
Hoy le toca el turno a Espadán Aventuras, en Gaibiel, cerca de Segorbe, en plena Sierra de Espadán.

Para los que no lo sepáis, la Sierra de Espadán, es un Parque Natural protegido, situado en la provincia de Castellón, a tan sólo una hora en coche desde Valencia y de Castellón. Además de un paisaje excepcional, posee un clima privilegiado que la hace accesible prácticamente todo el año, por lo que casi todas las actividades que ofrece la empresa se pueden practicar en cualquier fecha.

Nosotros, Yolanda, los niños y yo, en esta ocasión fuimos a practicar Espeleología en una cueva fácil y pequeña, Rápel, Escalada y Tirolina, y dejaremos para más adelante otro tipo de actividades para practicarlas sin los niños, algo más complejas para ellos.

Llegamos a Gaibiel en nuestro coche, y allí recogimos a nuestro monitor/guía, Sergio, el principal responsable de Espadán Aventuras,un tío estupendo que nos llevó en volandas todo el día, monitor titulado (guía de montaña, de barrancos, técnico de senderos y socorrista acuático) y un amor con los niños.

Espadán Aventuras.
Caminando hacia la cueva.
Sergio nos guió con el coche a unos 2 kilómetros del pueblo, y después de aparcar y caminar unos 10 minutos llegamos a una cueva, la Cueva del Cerro de las Simas de Gaibiel, de muy poca dificultad y apta para que los niños pudieran disfrutar de esta actividad, Espeleología Seca.

Espadán Aventuras.
Cueva del Cerro de las Simas de Gaibiel.
Aunque esta no era nuestra primera cueva, pues visitamos cuevas o grutas en:
-Eslovenia (Postojna y Skocjanske),
-Las cuevas de Lascaux o Gouffre de Padirac en Francia,
-Las Minas de Sal de Wieliczka, en Polonia,
-Las grutas de Lol-Tún o varios de los cenotes en los que nos bañamos en nuestro viaje por México, o
-Las Cuevas Batu de Malaysia;

Ni la primera para los niños, ya que han estado en lugares como:
-Las Cuevas de San Miguel de Gibraltar,
-Las cuevas de Nerja en Málaga,
-Cualquiera de las muchas que visitamos en Capadocia, Turquía, incluido el hotel que, pues estábamos alojados en una cueva o, más recientemente
-Las Cuevas de la Villa en Requena

Espadán Aventuras.
Dentro de la Cueva.
Pese a eso, y pese a la diferencia de tamaño y tipo entre ellas y con la Cueva del Cerro de las Simas de Gaibiel, esta nos sorprendió y nos encantó.

Espadán Aventuras.
Sergio y yo en la cueva.
Espadán Aventuras.
Yolanda y los niños disfrutando de "la oscuridad"
Después de visitar tantas y tan distintas cuevas, ¿porqué os sorprendió?, os preguntaréis....pues porque se trata de una cueva virgen, sin pasarelas, andamios ni luces de ningún tipo, no preparada o adecuada para el turismo activo.

Espadán Aventuras.
Tocaba arrastrarse para salir de la cueva.
Espadán Aventuras.
Joel se lo pasó pipa.
La cueva estaba completamente a oscuras y solo se iluminaba parte de ella debido al frontal de nuestros cascos, y siempre y cuando no estuviéramos lejos del objeto o pared iluminados.

Espadán Aventuras.
Una de las columnas de la cueva.
Espadán Aventuras.
Interesantes formaciones del interior de la cueva.
Espadán Aventuras.
Cascada de piedra.
Pese a no ser demasiado grande y a haber sufrido algunos actos vandálicos, la cueva tiene estalactitas, estalagmitas, columnas y otras formaciones interesantes.

Espadán Aventuras.
Saliendo de las cuevas.
Cuando salimos de la cueva, no lo hicimos por el mismo agujero de entrada, escalamos/reptamos por una subida para abandonar la cueva por otro orificio...toda una experiencia tanto para los niños, que disfrutaron como nunca, como para nosotros, que jamás habíamos hecho nada igual.

Espadán Aventuras.
Izan empezando el descenso. Rápel.
Pero esa no era la única experiencia o actividad nueva para nosotros en el día, pues de nuevo en Gaibiel, y tras una caminata por la montaña de unos 15 minutos íbamos a practicar Rápel tanto Izan, como Yolanda y yo.

Espadán Aventuras.
Que valiente es el jodido...ja, ja, ja...
Para los tres se trataba de una experiencia completamente nueva en nuestras vidas y teníamos muchas dudas que pronto fueron resueltas por Sergio minutos antes de empezar la actividad bajo la "pared" de 15 metros que íbamos a descender y una vez colocados los arneses y cascos, la seguridad en este tipo de actividades es lo primero.

Espadán Aventuras.
Iniciando el descenso.
Pero ¿qué es el rápel? os preguntaréis algunos de vosotros, pues se trata de un sistema de descenso por superficies verticales utilizado en lugares donde el descenso de otra manera sería casi imposible.

Espadán Aventuras.
Practicando Rápel.
De los distintos sistemas que existen para la práctica del rápel, utilizamos un descensor, más concretamente un ocho, de modo que practicamos Rápel con ocho, que recibe este nombre debido a la forma del mismo descensor,  un clásico del mundo de la escalada.

Espadán Aventuras.
Rápel con Gaibiel al fondo.
El primero en descender los 15 metros fue Izan, y aunque le costó un poco e hizo un par de veces "la croqueta" (rebozarse por la pared) disfrutó mucho de la actividad, todo un campeón.

Espadán Aventuras.
Yolanda practicando Rápel.
Después llegó mi turno. Pronto el temor e inseguridades de practicar algo nuevo pasaron de largo para dar la bienvenida al disfrute de la actividad. Además de pasármelo bien junto a mi familia estábamos, sin darnos cuenta, disfrutando de la naturaleza y el aire libre.

Espadán Aventuras.
Yolanda descendiendo la montaña.
Finalmente fue Yolanda la que empezó el descenso, y pese a ser la que más miedo tenía a priori, fue la que más técnica tuvo en el rápel, la que mejor lo hizo de los tres.

Espadán Aventuras.
Izan escalando la montaña.
En esta misma localización hay varias vías de escalada abiertas por Sergio, y eso es lo que íbamos a hacer ahora, Escalada, pero, por primera vez para nosotros, no en un rocódromo sino en la montaña misma.

Espadán Aventuras.
Yo practicando escalada.
De nuevo Izan empezó la actividad, el ansia le podía y era incapaz de esperar...ja, ja, ja. Como todo un campeón llegó hasta lo más alto.

Espadán Aventuras.
Espadán Aventuras.
Tras Izan me tocó a mi la ascensión. Sergio me dejó probar los pies de gato, unas zapatillas especiales para escalar con un agarre tremendo.

Espadán Aventuras.
Joel escalando.
Yolanda fue la siguiente y coincidió conmigo en que aunque se trataba de una vía de escalada fácil, es más complicado que escalar en rocódromo, pero muchísimo más divertido. Muy recomendable. Joel quiso probar, pero pronto se dio cuenta de que era demasiado pequeño para eso, y no llegó muy alto...ja, ja, ja, pobrecito.

Espadán Aventuras.
Cerca del río Gaibiel.
Espadán Aventuras.Estas actividades nos ocuparon toda la mañana, y tanto niños como adultos nos lo estábamos pasando tan bien que no nos acordábamos de la comida, pero en el camino de regreso (unos 15 minutos andando) el hambre hizo su aparición en todos, así que comimos en unas mesas cerca del río habilitadas para ello, con barbacoa para torrar carne o hacer paellas. Nosotros no los usamos porque íbamos bien provistos con una bolsa nevera con bebida y una buena ensalada de pasta que nos hizo recuperar fuerzas para la última actividad, la Tirolina.

Espadán Aventuras.
Izan en la Tirolina.
A pesar de haber probado tirolinas en más de una ocasión tanto los niños como nosotros, esta ha sido una de las más divertidas, tanto por la velocidad alcanzada como por la distancia recorrida, unos 150 metros.

Espadán Aventuras.
Las tirolinas y yo somos buenos amigos.
Izan solo y con Joel, Yolanda sola y con Joel y yo descargamos adrenalina descendiendo a toda velocidad. Muy divertido. Izan y Joel hubieran estado todo el día bajando en la tirolina.
Espadán Aventuras.
Que cara de felicidad.
Si decidierais contratar alguna de las muchas actividades que ofrece Espadán Aventuras tenéis que saber que tienen una tirolina más corta, de unos 40 metros, por si vais con niños y no se atreven a deslizarse por la más grande.
Espadán Aventuras.
La familia y Sergio de Espadán Aventuras.
Nosotros seguro que repetimos, pues lo pasamos genial, tal y como se aprecia en la foto de grupo. Os dejo con los vídeos de la tirolina.

1 Comment:

Paco Piniella said...

Familia que viaja unida se mantiene unida… y feliz
Saludos viajeros El LoBo BoBo