. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Viernes 23 de Agosto 2013-Mérida. Parte 2.

lunes, 26 de mayo de 2014

Viernes 23 de Agosto 2013-Mérida. Parte 2.

Tras toda la mañana visitando el centro de Mérida, otra vez en coche, nos dirigimos hacia el Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) (8) un punto de referencia fundamental para el estudio de la romanización de Hispania.

Mapa o plano de visitas de Mérida.
Mapa o plano de visitas de Mérida.
Está situado en un impresionante edificio moderno proyectado ex profesor por el arquitecto Rafael Moneo para presentar las ricas colecciones arqueológicas romanas de Mérida. La exposición se estructura en tres plantas:

La planta baja contiene las grandes esculturas y se complementa con piezas escultóricas de todo tipo.
En la segunda planta se exponen piezas más pequeñas y elementos de la vida cotidiana de la época romana como joyas, monedas, alfarería, y también se pueden admirar de cerca varios mosaicos admirables.
En la última planta se puede contemplar una colección de lápidas, esculturas y mosaicos. Además, se puede visitar la Cripta (nivel inferior a la planta baja sobre cual se ha construido el edificio) en la que se pueden contemplar algunos de los restos encontrados durante las obras del propio museo, incluyendo un tramo de calzada y parte de la canalización de San Lázaro (una de las construcciones hidráulicas que proporcionaban agua a la ciudad).
Nosotros no lo visitamos, así que, después de comer en un bar cercano, nos fuimos directamente hacia el Teatro. En la zona del Teatro encontramos numerosos restaurantes y sitios de tapas con productos típicos extremeños. Era un buen momento para descansar y reponer fuerzas.

Teatro Romano de Mérida.
Teatro Romano de Mérida.
Entre los monumentos más interesantes de Mérida destacamos los de época romana, declarados Patrimonio de la Humanidad, sobresaliendo entre todos el Teatro Romano (9), construcción patrocinada por Agripa, yerno de Octavio Augusto, en los años 16 y 15 a. de C., uno de los edificios más espectaculares y mejor conservados de la ciudad.

Esta joya de la arquitectura romana de más de 2000 años de vida, sigue cumpliendo la función para la que fue diseñado originalmente: el Teatro sirve de escenario para importantes acontecimientos culturales y en él se celebra el prestigioso Festival de Teatro Clásico de Mérida que se celebraba estos días, de ahí los adornos.

El teatro de planta latina se forma con cuatro triángulos equiláteros inscritos en un círculo, estando el frente de la scenae en la base del triángulo central. Los vértices de los triángulos señalan el emplazamiento de los accesos y la colocación de los ejes de las puertas. El graderío, de tres alturas, tenía capacidad para 5.800 personas. El diámetro es de unos 95 metros. La orchestra es semicircular, de 30 metros de diámetro, y rodeándola están las tres gradas reservadas para la alta sociedad de Emerita Augusta. El frente de escena (frons scenae) es el elemento más espectacular. Está formado por dos cuerpos de columnas corintias y alcanza los 30 metros de altura. El mero hecho de estar en este espacio singular, sentarse en el graderío, ver la orchestra, disfrutar con el escenario o del frontal de la escena… En definitiva, olvidarse por un instante del momento actual y trasladarse con la imaginación a la época romana.

Unos años más tarde, aproximadamente en el 8 a. C., los romanos construyeron para Mérida el Anfiteatro (9).
Anfiteatro de Mérida.
Anfiteatro de Mérida.
Este grandioso espacio gustaba más al pueblo, que acudía a ver las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, como las películas de acción de hoy en día.
El edificio cuenta con una zona de arena central y unas gradas a su alrededor que permitían la asistencia de hasta 15.000 personas divididas en tres partes, al igual que otras construcciones de la época, en función de las clases sociales. Actualmente sólo se conserva la parte inferior, ya que las otras dos se utilizaron como cantera de construcciones adyacentes cuando el anfiteatro cayó en desuso.

Casa del Anfiteatro.
Casa del Anfiteatro.
En esta misma zona se encuentra el recinto de la Casa del Anfiteatro, una villa romana que se encontraba fuera de la muralla. En este recinto se puede observar un tramo de muralla, un tramo del acueducto de San Lázaro o de Rabo de Buey (que conducía el agua a la zona del teatro y anfiteatro), una Torre del Agua, un mausoleo y restos de dos viviendas.

Zona del Teatro y Anfiteatro romanos.
Zona del Teatro y Anfiteatro romanos.
Nosotros en vez de optar aquí por continuar la visita a pie hasta el Circo Romano o Hipódromo (15), que se encuentra a unos 15 minutos andando de la zona del Teatro, volvimos a coger el coche. El Circo romano constituía el mayor espacio dedicado al ocio de la época y por sus grandes dimensiones fue ubicado fuera del recinto amurallado.

Mérida, Circo Romano o Hipódromo.
Mérida, Circo Romano o Hipódromo.
Con capacidad para 30.000 personas, sus más de cuatrocientos metros de longitud y 100 de anchura, era el lugar preferido de los habitantes de Augusta Emerita. Su arenal, con una valla central llamada spina de una longitud de 223 metros y decorada con monolitos y otros motivos, fue testigo de numerosas carreras de bigas y cuádrigas. Los conductores de los carros, llamados aurigas, eran personajes muy populares hasta el punto de que en muchos casos fueron inmortalizados en pinturas y mosaicos. En la actualidad, el centro de interpretación ubicado junto a los restos del circo permite un conocimiento más detallado de estos edificios.

Junto al Circo se encuentran los tres pilares que quedan en pie del antiguo Acueducto romano de San Lázaro (14).

Acueducto romano de San Lázaro.
Acueducto romano de San Lázaro.
El acueducto que se ve en la actualidad data del siglo XVI y se construyó con los restos de la conducción romana.

Nuestra siguiente visita fue la Basílica de Santa Eulalia (13).

Basílica de Santa Eulalia.
Basílica de Santa Eulalia.
La Basílica de Santa Eulalia es un auténtico tesoro desde el punto de vista cultural e histórico. En 1990 se llevó a cabo una investigación arqueológica que reveló la evolución histórica del edificio. El lugar estuvo ocupado por casas romanas desde la fundación de Emerita Augusta hasta el siglo III. A partir del siglo IV se utiliza como necrópolis cristiana hasta que se construye una basílica dedicada a la mártir Eulalia en el siglo V. La llegada de los musulmanes en el siglo IX hizo que la comunidad cristiana migrara a la ciudad de Badajoz, con lo que la basílica fue abandonada hasta la reconquista de Mérida. La basílica fue reconstruida a comienzos del siglo XIII, dando lugar a la iglesia actual.

Acueducto de los Milagros.
Acueducto de los Milagros.
Nos dirigimos ahora hacia el Acueducto de los Milagros (12). Fue construido entre finales del siglo I a. de C. y la segunda mitad del siglo III, mide unos 850 metros de arcadas con una altura de 25 m. Este acueducto constituía el último tramo de la canalización que conducía el agua desde el embalse de Proserpina hasta la ciudad. La Presa romana de Proserpina, el embalse artificial de época romana más grande conocido en el mundo mediterráneo, dista de la ciudad unos 5 kms.

Recibe este nombre porque es un verdadero milagro que se haya conservado hasta nuestros días. La conducción era subterránea desde la presa hasta el depósito de entrada a la ciudad en el que se depuraba el agua. El último tramo del acueducto, del que no se conservan restos, era curvo hasta llegar a dicho depósito. Junto al acueducto se encuentra el Puente Romano sobre el río Albarregas, construido en el siglo I d.C., que constituía la salida norte de la ciudad, por la Vía de la Plata en dirección a Astorga. Era la prolongación del Kardo Maximus, la vía principal de la ciudad. Mide 145 metros de largo, 7,90 de ancho y tiene una altura media de 6.5 metros.

Después de visitar Mérida, y aprovechando que los dos niños se acababan de dormir en el coche decidimos ir a visitar el Dolmen de Lácara.

Los dólmenes fueron obras de funcionalidad funeraria en cuya construcción se implicaba toda la comunidad. Eran lugares de culto, hitos de poder y demarcación territorial pero, sobre todo, servían de tumba para grupos de personajes destacados del Neolítico Final y los albores de la Edad del Cobre.

Situación exacta del Dolmen de Lácara.
Situación exacta del Dolmen de Lácara.

Es un monumento megalítico (un sepulcro de corredor) de dimensiones sorprendentes, una verdadera joya arquitectónica del Calcolítico en un muy buen estado de conservación. Está situado en el Prado de Lácara, en un hermoso paisaje adehesado, entre encinas, a pocos kilómetros de Mérida, en la carretera que une Aljucén con La Nava de Santiago.

Cómo es un Dolmen.
Cómo es un Dolmen.
La construcción de este tipo de monumentos se lleva a cabo a finales del Neolítico o a lo largo del Calcolítico, es decir unos 3000-4000 años antes de Cristo. En el caso del Dolmen de Lácara se han encontrado puntas de flechas, puntas de lanza de cobre, cuchillos de silex y otros elementos que indican que fue utilizado como cámara funeraria durante el Calcolítico y la Edad de Bronce.

Para llegar hay que recorrer unos 10 Km desde Aljucén (aproximadamente la misma distancia desde La Nava). El acceso está señalizado mediante un cartel y se puede aparcar en el terreno que hay junto a la verja de entrada. Se accede a pie, a través de la puerta pequeña situada a la izquierda y nosotros lo hicimos por turnos, ya que los niños seguían haciendo la siesta en el coche.
Una vez dentro del recinto hay que seguir la valla, dejándola siempre a mano derecha (alejándonos de la carretera). A unos 100 metros, siempre siguiendo la valla, se gira a la izquierda (avanzaremos aproximadamente en paralelo con la carretera).
A unos 200-300 metros encontraremos una pequeña casa en ruinas. Un poco más adelante (siempre siguiendo la valla) nos encontraremos el dolmen, una elevación del terreno que pasa casi desapercibida, alrededor de la cual se pueden ver algunas piedras que surgen del suelo siguiendo un patrón sospechosamente regular.

Dolmen de Lácara.
Dolmen de Lácara.
Simplemente hay que rodear el perímetro para llegar a la zona abierta. El dolmen está formado por un largo corredor cubierto de unos 20 metros, dividido en tres partes, que da acceso a la cámara mortuoria. Está formada por cinco grandes piezas de granito (ortostatos), de más de 5 metros de altura, sobre los que apoyaban otras tantas losas ciclópeas que no se conservan. Todo el conjunto iría enterrado bajo un gigantesco túmulo de tierra. Y la cámara es un verdadero prodigio. De las grandes piedras que se elevaban hacia el cielo (la cúpula estaría a unos 5 metros) sólo queda una intacta, que da idea de la grandiosidad de la construcción, las demás aparecen partidas. Pero en la base se puede apreciar la precisión con la que fueron colocadas. La cúpula se cerraba con una gran losa (tapa), de la que no quedan evidencias a primera vista. Toda la estructura estaba cubierta con piedras y tierra, hasta formar un gran túmulo. Para reforzar y sujetar el túmulo se colocaban grandes piedras en la base, a modo de contrafuertes, a lo largo de un anillo exterior. Estas piedras son visibles en el perímetro del dolmen de Lácara.

Dolmen de Lácara.
Dolmen de Lácara.
Los dólmenes eran construcciones sagradas, utilizadas para enterrar a los miembros de la comunidad. La construcción de un monumento de este tipo suponía un esfuerzo enorme y necesitaba de la colaboración de muchas personas. Sólo visitándolo se puede comprobar la magestuosidad de esta verdadera obra de ingeniería. Es, a día de hoy, el dolmen más grande de la Península y formaba parte de un territorio dolménico que recorría toda la Sierra de San Pedro.

Después de esta fugaz e interesante visita, retrocedimos unos kilómetros en dirección a Mérida de nuevo para llegar a uno de los monumentos romanos más interesantes y de paso darnos un chapuzón en una playa de interior, el Embalse de Proserpina.

Embalse de Proserpina.
Embalse de Proserpina.
A unos cinco kilómetros al noroeste de la ciudad se encuentra este embalse romano. La obra del dique, uno de las más grandes de la antigüedad, tiene 425 metros de largo por 21 metros de altura y cierra un vaso natural en el que confluyen dos arroyos, aparte de recoger aguas de lluvia y de algún manantial.

Presa romana de Proserpina.
Presa romana de Proserpina.
Aguas abajo el dique está estribado sobre un gran espaldón de tierra. Adosadas a la presa y embutidas en el espaldón dos torres desde la que se accedía a las tomas de agua que estaban a distintas alturas del muro. De estas torres, el agua pasaba a la conducción hidráulica que llegaba al norte de la ciudad antes de atravesar el valle del Albarregas por el acueducto de los Milagros. A la presa se adosa un importante lavadero de lanas del siglo XVIII. Si queremos saber la importancia que para vida de la Colonia tuvo el líquido elemento, es indispensable visitar el Centro de Interpretación del Agua ubicado en el entorno del propio embalse.

Embalse de Proserpina.
Izan y yo disfrutando del embalse.
Embalse de Proserpina.
La playa y uno de los bares del embalse.
Además de ver la presa nos bañamos en la playa de agua dulce que hay, muy bien equipada con plazas de aparcamiento, dos bares con comida, bebida y helados, como si fuera la misma playa de agua salada, pero sin la sal ni la arena.

Embalse de Proserpina.
Embalse de Proserpina.
Embalse de Proserpina.
Izan y Joel en el Embalse de Proserpina.
Los niños se lo pasaron en grande y hasta que no anocheció estuvimos allí relajados. Después volvimos a nuestro hotel de Cáceres para cenar y dormir después de una larga jornada de visitas.

Para terminar aquí está nuestro humilde vídeo:

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