. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Domingo 25 de Agosto 2013-Plasencia y Talavera de la Reina. Parte 2

lunes, 23 de junio de 2014

Domingo 25 de Agosto 2013-Plasencia y Talavera de la Reina. Parte 2

Después de la visita del centro histórico de Plasencia, siendo época estival y viajando con niños, no podemos dejar de visitar el Parque de la Isla, situado al sur-este de la ciudad, junto al río Jerte.


Parque de la Isla, Plasencia.
Parque de la Isla, Plasencia.
En la entrada al parque hay un parquing público gratuito donde poder aparcar y a escasos metros está el parque en sí,  una zona verde muy bonita, con multitud de árboles y césped, ideal para dar largos paseos, ir en bici, correr, o, como en nuestro caso, jugar a la pelota con los niños.


Río Jerte, Parque de la Isla.
Yolanda frente al río Jerte, Parque de la Isla.
Este hermoso parque natural debe su nombre a su ubicación, pues encuentra situado entre el cauce normal del río Jerte y un canal artificial que forma un ramal de dicho río, es decir que es una pequeña isla.



Canal del Parque de la Isla.
Bañándonos en el canal del Parque de la Isla.
El canal se prepara en verano como piscina natural y aunque el agua estaba extremadamente fría, los niños y yo lo pasamos en grande bañándonos en ellas para combatir el calor.


Río Jerte, Parque de la Isla.
Río Jerte, Parque de la Isla.
Fue aquí, en el Parque de la Isla donde aprovechamos la sombra de unos árboles para comer de picnic y seguir un rato más jugando con los niños al balón o volviéndonos a refrescar en la "piscina artificial" del canal.


Parque de la Isla, Plasencia.
Joel en el Parque de la Isla de Plasencia.
Tras descansar, jugar, comer y refrescarnos abandonamos este precioso parque para acudir a otro lugar de visita imprescindible fuera del casco histórico de Plasencia, el Acueducto de San Antón, donde llegamos en coche.
Acueducto de San Antón, Plasencia.
Acueducto de San Antón, Plasencia.

El majestuoso Acueducto medieval de Plasencia, llamado "Arcos de San Antón", se encuentra situado en la Travesía de San Antón y es atravesado por la Ruta de la Plata (N-630) en su camino hacia Salamanca. Fue la vía de entrada del agua que llegaba desde la sierras de Cabezabellosa y El Torno a Plasencia cuando se construyó, hacia el siglo XVI, por Juan de Flandes. Cuenta con 200 metros de longitud y 55 arcos de medio punto que lo conforman.

Muy cerca del Acueducto de San Antón está el Parque Ornitológico de los Pinos (también conocido como Parque de los Patos). De hecho, nosotros aparcamos frente a la entrada del parque y vimos el acueducto antes de entrar en el parque.


Parque Ornitológico de los Pinos en Plasencia.
Izan en el parque.
Este parque merece sin duda una visita, sobre todo si se viaja con niños porque seguro que lo pasarán muy bien observando todo tipo de animales y plantas.


Parque Ornitológico de los Pinos en Plasencia.
Parque Ornitológico de los Pinos en Plasencia.
Con casi 54.000 m2 y con una leve inclinación del terreno, el parque está regado de pacientes fuentes que te salpican por la boca de una rana y que te ayudan a contemplar más de 100 especies de aves y gran variedad de árboles, pinos en su mayor parte, junto con otras especies como fresnos, arces, chopos, sauces, olmos, etc y algunos ejemplares de sequoia gigante.


Parque Ornitológico de los Pinos en Plasencia.
Pavo Real.
Entre la red de canales, lagos y charcas habitan numerosas especies, entre las que se encuentran muchas aves acuáticas: ánades, gansos, cisnes… Y se pueden observar otras especies avícolas como cigüeñas, garzas, grullas, flamencos, faisanes, pavos reales o urogallos entre otros, que conviven pacíficamente con los visitantes y cruzan los caminos haciendo que los niños se lo pasen en grande.

Águilas culebreras, buitres leonados o búhos reales también habitan el parque, aunque es mucho más difícil poder verlos.

También merece la pena visitar los terrarios con diferentes especies de tortugas.


Parque Ornitológico de los Pinos en Plasencia.
Parque Ornitológico de los Pinos en Plasencia.
Si nuestra estancia en Plasencia va a ser prolongada, el Parque de los Pinos es una zona ideal para pasear y relajarse sin salir de la ciudad.

En conclusión, un bello rincón en el que poder descansar un rato o dar un paseo mientras los niños disfrutan en plena naturaleza y con animales, una combinación que siempre triunfa cuando se viaja con niños.

Y llegó el momento de abandonar Extremadura, pero quedamos con ganas de más, así que seguro que en un futuro próximo volvemos por estas tierras.


Ahora os dejo con el modesto vídeo de la visita a Plasencia:

fffffff

Nuestro destino era Madrid, pero antes hicimos una breve parada para descansar y ver un poco la ciudad en Talavera de la Reina, a unos 120 kilómetros de Plasencia, más o menos 1 hora y 30 minutos en coche.

Como ya os he dicho, la parada era más para descansar que para visitar Talavera, pero pese a todo, hicimos un pequeño recorrido por ella en coche, parando en algunos de sus atractivos turísticos unos minutos para sacar fotos.

El nombre de Talavera está ligado desde el s. XV a los azulejos que decoraban los zócalos de las estancias nobles y las capillas de las iglesias. Estos azulejos se reconocen por sus motivos en amarillo y azul.


La iglesia del El Salvador en Talavera de la Reina.
La iglesia del El Salvador en Talavera de la Reina.
Entre los pocos monumentos que vimos está la La iglesia del El Salvadoruna de las parroquias más antiguas de la ciudad pues existen datos de su existencia desde 1145.
Era una iglesia rica en imaginería de los siglos XVII y XVIII cuando se adornan sus paredes destacando el Cristo de la Espina. En la capilla del Cristo se puede contemplar la estatua yacente del Cardenal Fray García de Loaisa.
De la iglesia primitiva se conserva su bellísimo ábside de tipo mudéjar. En su atrio eran juzgados los castellanos y cristianos. En su presbiterio se conservan paneles de azulejos del siglo XVI con motivos de los cuatro evangelistas, otros paneles son decorativos de motivos vegetales y de ferrería.

Parte de la muralla de Talavera de la Reina.
Parte de la muralla de Talavera de la Reina. Torres Albarranas.
Las Torres Albarranas son unas características construcciones adosadas al primer recinto amurallado, y gracias a ellas Talavera de la Reina fue considerada como una de las ciudades más seguras durante siglos, siendo un claro ejemplo de fortificación. Edificadas en mampostería con sillería en las esquinas y en sus elevadísimos arcos. Estas enormes torres de planta rectangular dejaban discurrir debajo de ellas el foso, y sus frentes se enlazaban con otro recinto defensivo paralelo al principal cuyo nombre es barbacana. Originariamente se construyeron cuarenta y siete y todas las fuentes indican que son de origen cristiano levantadas en el siglo XIII. Solo se conservan unas pocas.

Quizás la parte más bonita de Talavera de la Reina es el entorno del Río Tajo, hacia el sur, cruzado por tres puentes, aunque nosotros solo vimos dos de cerca y el tercero desde la lejanía.



Puente de Hierro o Puente de la Reina Sofía.
Puente de Hierro o Puente de la Reina Sofía.
Es aquí donde nos encontramos con el Puente de Hierro o Puente de la Reina Sofía de 426 metros de longitud, repartidos en 10 tramos de hierro y acero. La historia de este puente se remonta al año 1870, aunque no empezó a construirse hasta 1904. Su inauguración en 1908 significó todo un hito para la ciudad, que veía como mejoraban sus comunicaciones con la histórica comarca de la Jara, Extremadura y Andalucía.
Con aires de obra de un Eiffel hispano, el puente supuso la aplicación de los principios constructivos surgidos de la Revolución Industrial española. Fue restaurado en 1994.



El otro puente que vimos es el más antiguo, el Puente Viejo, llamado también "Puente de los Remiendos". Se dice que su origen es romano pero la construcción que hoy se nos ofrece, repetidamente restaurada es, sin duda, obra de los árabes en la Edad Media. Al fondo de la foto se puede ver parte del tercer puente, el más moderno, el Puente de Castilla la Mancha, que cuenta con el pilón inclinado más alto de Europa.



Convento de San jerónimo o San Prudencio.
Convento de San Jerónimo o San Prudencio.
Por último, antes de abandonar la ciudad y también en la rivera del Río Tajo nos encontramos con el Convento de San Jerónimo o San Prudencio, terminado en el siglo XVII, con una construcción esbelta y grandiosa. Su iglesia, su medallón pétreo con la rueda de Santa Catalina, la sacristía y la escalera de acceso al coro, son atractivos para visitar. La iglesia es renacentista, de traza rectangular, con un altar mayor barroco. De la obra primitiva tan solo queda una sencilla puerta gótica. El grueso del edificio es de inicios del XVI.

Una vez descansamos, fuimos al baño, comimos un poco y demás, pusimos rumbo a Madrid, a poco más de 100 kilómetros (algo más de 1 hora) de Talavera, donde pasaríamos dos noches para hacer una visita muy especial para los niños...pero eso os lo cuento otro día...

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