Sábado 26 de Abril 2014 (parte 2)-Qué ver en un día en el Mont Saint Michel, Baja Normandía.

Tras la fantástica excursión a pie por la Bahía del Mont Saint Michel, la cual os he relatado en el artículo anterior y nos pareció parte imprescindible de la visita , procedimos a la visita del Monte en si.

Mapa del Mont Saint Michel.

Así que sin más paso a enumeraros y explicaros las partes de esta preciosa isla:

Plano del Mont Saint Michel.

-La entrada al burgo se realiza a través de tres puertas fortificadas: la Porte de l'Avancée, la única apertura existente en las murallas, da acceso a un patio fortificado; a la izquierda se encuentra el cuerpo de guardia de los Bourgeois (s. XVI).

Mont Saint Michel.

La segunda puerta, la Porte du Boulevard, desemboca a su vez en otro pequeño patio y luego en la Puerta del Rey o Tour do Roi (s. XV), dotada del escudo de la villa, de matacanes y de un rastrillo. 

Plano de la isla Mont Saint Michel.

El pueblo tiene 5 hoteles (con precios prohibitivos, a escasos kilómetros hay cientos de alojamientos mucho más económicos), varias tiendas de souvenirs y restaurantes o bares, algún museo y una sola calle, de la que hablo a continuación.

Puerta del Rey o Tour do Roi

-La Grande-Rue: Esta calle estrecha y sinuosa que sube hacia el Monte por su flanco oriental siguiendo el camino de los peregrinos medievales está repleta de mansiones de los ss. XV y XVI con evocadores nombres medievales.

Grand Rue.

Los viajes de Héctor y Yolanda al completo.

Direcciones míticas (La Mère Poulard, especializada en tortillas, aunque dicen que la comida es muy mala y muy cara) y numerosos puestos de recuerdos, cafés, restaurantes o creperías se suceden a lo largo de esta vía, invadida por una muchedumbre densa y políglota que recuerda en cierto modo las oleadas de peregrinos de antaño. Es la única calle del burgo. Cuidadito con los abusivos precios de todo lo que se vende por aquí, Saint Michel se ha convertido en una máquina tragaperras.

Caminando por las Murallas del Mont Saint Michel.

-Las Murallas: Desde el camino de ronda de estas murallas, edificadas entre los ss. XIII y XV en la guerra de los Cien Años, descubrirá hermosas vistas de la bahía. Desde la torre norte se distingue la peña de Tombelaine.

Los ataques de los ingleses durante la guerra de los Cien Años impulsaron su construcción y la de las torres como la Torre de Gabriel, la Torre del Rey, l Torre de la Arcada (que disponía de alojamiento para los soldados) o la Torre de la Libertad. La Tour do Nord tiene las mejores vistas de la bahía.

A la derecha se advierte la Iglesia de St-Pierre.

-La Iglesia parroquial St-Pierre: Aunque edificada en el s. XI, sufrió posteriormente muchas remodelaciones entre los ss. XI y XV. Curiosidad: el ábside está edificado sobre una calle que conduce al cementerio. El mobiliario procede de la abadía.

A la Abadía se puede subir por 3 caminos:

Grand Rue del Mont Saint Michel.

1-Subiendo por la Grand Rue, generalmente apestada de gente.

2-Tomando alguna de las escalinatas que desembocan en el lado izquierdo de la Grand Rue y trepan por la peña hasta la entrada de la Abadía

3-Siguiendo el camino de ronda de las murallas que parte de la Torre del Rey y llega hasta la Torre Claudine, de forma gratuita. Es una opción algo más cansada y un poco más dificultosa, pero se disfrutan de unas impresionantes vistas de toda la bahía. De todos modos, cerca de la Abadía hay un mirador conectado a un tramo de la muralla donde se pueden sacar buenas instantáneas.

Aconsejo subir por el camino número 1 y descender por el 3 o al revés, pero el paseo por las murallas es muy aconsejable.

Yolanda y los niños frente al El Mont Saint Michel.

-La Abadía del Monte Saint-Michel

El Mont Saint Michel.

Hasta aquí todo es gratis, a excepción de los souvenirs comprados o el café/helado que nos hayamos podido tomar, pero en el momento de llegar a lo más alto y visitar la Abadía del Mont Saint Michel sí que deberemos pagar entrada, aunque creo que es imprescindible entrar.

Gracias al folleto en castellano que nos proporcionan con la entrada, con las explicaciones de las salas, seguiremos el recorrido propuesto. Aunque la mayoría de salas que visitamos son diáfanas e incluso frías, pronto os daréis cuenta que la Abadía es tan impresionante por dentro como aparenta, y tan fabulosa como por fuera, magnífica por sus dimensiones y lo intrincado de su ubicación sobre las rocas. Bien fortificada (protegida por altos muros), su construcción con bloques de granito procedentes de Bretaña y de las islas Chausey fue una auténtica proeza y es una obra de ingeniería digna de admirar. Comenzó en el s. XI con la edificación de una iglesia en la cima de la peña. La abadía gótica se edificó en el s. XIII al mismo tiempo que los edificios de la Merveille.

El Campanario.

El campanario actual data de 1897. La visita, que se efectúa por pisos, empieza por el piso superior y permite descubrir las fortificaciones de la abadía, la Iglesia cuya cabecera es una obra maestra de gracia y ligereza, la Merveille, nombre que designa los edificios góticos que ocupan la cara norte, una obra maestra, un monasterio de tres plantas construido en 16 años en el s XIII.

Ésta incluye el Claustro, como suspendido entre el cielo y el mar, con esculturas delicadamente labradas, que constituye un pequeño milagro de armonía; el refectorio, coronado con una bóveda decorada y suavemente iluminado; la Sala de Huéspedes donde el abad recibía a los visitantes de categoría es muy elegante; dividida en dos por una colgadura, una parte (con las dos grandes chimeneas) se utilizaba como cocina y la otra como comedor. La amplia Sala de los Caballeros, antiguo "scriptorium" de los monjes, tiene mucho empaque y posee bóvedas de nervaduras y los capiteles son típicamente góticos. Está construida bajo el claustro y era la sala de estudio y trabajo de los monjes.

Vistas de la Bahía desde lo alto del Mont Saint Michel.

También se visitan la bodega, la antigua abadía románica (absolutamente encantadora) donde subsiste una parte del dormitorio común de los monjes, y la Gran Rueda que, movida por los prisioneros, servía para subir cargas y provisiones...

Sala de los Huéspedes.

Tanto Abadía como Iglesia ocupan una posición inexpugnable en la isla. Posee pasadizos secretos.

Claustro del Mont Saint Michel.

-El Claustro: Este claustro parece estar suspendido entre cielo y mar. Las arquerías de las galerías están talladas con profusión de elementos vegetales y algunas figuras humanas y animales; veremos también algunos motivos poéticos que hacen referencia al arte sacro. Los arcos están sostenidos por elegantes y delicadas columnas que aumentan la impresión de ligereza. Es un bello ejemplo de estilo anglonormando de principio del siglo XIII.

- El Refectorio: El refectorio está inundando por una bella luz que, es evidente, no puede provenir únicamente de los dos vanos abiertos en la pared del fondo. Si avanzamos un poco, descubriremos el artificio empleado por el arquitecto: unas aberturas muy estrechas y altas, localizadas en el fondo de los vanos. De este modo permiten que entre la luz en la sala sin debilitar la muralla que debe soportar la fuerte presión de la armazón del techo. La bóveda que corona la sala ofrece una estupenda acústica. Los monjes comían en esta sala larga y estrecha. Aquí comían los monjes.

Grand Rue.

-La Iglesia del Mont-Saint-Michel: Todos los elementos de la cabecera (contrafuertes, arbotantes, pináculos, balaustradas) componen una obra maestra de delicadeza y ligereza. En el interior, el contraste entre la nave románica -sobria y oscura- y el presbiterio -elegante y luminoso- resulta conmovedor. Se conservan cuatro crujías de la nave romántica. Fueron derribadas en 1776 para construir la terraza oeste. Un coro gótico flamígero fue construido entre 1446 y 1521, sustentado por unas criptas con pilastras. La Cripta de los Treinta Cirios es una de las dos del siglo XI construidas para sustentar los cruceros de la iglesia principal. La Cripta de San Martín es una capilla con bóveda de cañón de 9 metros del siglo XI que conserva las formas austeras de la abadía románica original. La aguja del campanario, de 32 metros de altura, está rematada por una estatua de san Miguel realizada en 1897.

-Los Jardines de la abadía: Estos agradables jardines permiten descubrir la cara oeste del Monte y la capilla de Saint-Aubert. Desde su terraza, su claustro y otras salas, volveremos a tener magníficas vistas de la bahía.

Marea baja.

Curiosidades del Mont Saint Michel:

Bahía del Mont Saint Michel.

-Lo habitan de manera continua alrededor de 40 personas, y de ellos unos 10 monjes o monjas, sin embargo hay días en los que entran en la isla más de 20.000 turistas.

-Forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1979.

Subiendo la marea.

Una vez finalizada nuestra visita, y después de realizar alguna pequeña compra nos fuimos a la Tour du Nord, desde donde esperamos a ver el espectáculo de las mareas, y es que el terreno sobre el que hemos caminado por la mañana ahora se iba llenando de agua poco a poco como por arte de magia.

Marea alta en la Bahía del Mont Saint Michel.

Después de estos, y cansados de todo el día, volvimos al camping. Esa iba a ser nuestra última noche en Bretaña, pero pronto descubriríamos una nueva zona muy recomendable de Francia...ya os contaré...