Qué ver en La Toscana-Florencia-17 de Julio 2015-Parte 5.

Continuamos con el relato de nuestra visita a Florencia en esta quinta parte del mismo (primera, segunda, tercera y cuarta), justo después de salir de la Galleria Degli Uffizzi o la Galería de los Uffizzi.

Ponte Vecchio o Puente Viejo.

Ponte Vecchio o Puente Viejo.

Dejamos atrás la Galería de los Oficios para camina hasta el Ponte Vecchio o Puente Viejo, construido en 1345 por los arquitectos Taddeo Gaddi y Neri Fioravanti, el puente de piedra más antiguo de Europa, donde los orfebres han estado vendiendo sus productos durante siglos.

Ponte Vecchio o Puente Viejo.

Yolanda y los niños en el Puente Viejo.

El Ponte Vecchio es a Florencia lo que el Coliseo es a Roma, por ser su imagen más conocida y representativa de la ciudad, todo un símbolo del romanticismo que inunda toda Florencia.

Cruzando el Ponte Vecchio.

Vistas desde el Ponte Vecchio.

En los siglos XV y XVI sus casas colgantes estuvieron ocupadas por carniceros y matarifes pero, cuando la corte se mudó al Palacio Pitti, Fernando I ordenó cerrar las tiendas por el mal olor y desde entonces las tiendas han sido ocupadas por joyeros y orfebres.

"Corridoio Vasariano" o Pasillo de Vasari psasndo por el Ponte Vecchio.

En 1565, el arquitecto Giorgio Vasari, por voluntad de Cosme I, construyó el "Corridoio Vasariano" (el Pasillo de Vasari), en tan sólo cinco meses, una estructura-pasillo, de más o menos un kilómetro, que va por encima de la ciudad y que une Palacio Viejo, el centro político de la ciudad, con Palacio Pitti, que era la residencia de los Médicis, pasando por la Galería de los Oficios, el “Lungarno Archibusieri”, sobre las tiendas del lado este de Puente Viejo y alrededor de la torre “dei Mannelli”.

Yolanda frente al Ponte Vecchio.

Comercios del Ponte Vecchio, mayoritariamente joyerías.

Además de sus casas colgantes, si hay algo que caracterizó el puente durante años fue la cantidad de candados que eran colocados en éste como señal de amor, lo que sigue funcionando, pero cada muy poco tiempo las autoridades quitan los candados por la seguridad de la estructura.

Florencia, Palacio Pitti.

Cruzando el Ponte Vecchio, unos metros más adelante, en “Oltrarno”, está el Palacio Pitti, con el famoso jardín de Boboli, es el más grande y pomposo de los edificios florentinos y que visitamos, junto a los jardines, en nuestra anterior visita a Florencia, por lo que en esta ocasión decidimos no entrar...además era casi hora de cerrar.

Por cuatro siglos, desde 1457, fue el palacio real del Gran Ducado de Toscana, pero actualmente alberga cinco museos: la Galería Palatina (con obras de Rafael, Tiziano, Rubens y Caravaggio), la Galería de Arte Moderno, el Museo de la Porcelana, los Apartamentos Reales y una Galería de disfraces con vestidos de la época de Eleonora, la duquesa Medici que remodeló el palacio en el siglo XVI. Filippo Brunelleschi empezó la obra y tras su muerte, las obras pasaron a su alumno, Luca Fancelli.

Volviendo hacia el casco antiguo de nuevo, pasamos por delante de la Iglesia del Santo Espíritu, austera por fuera pero con una relativa calidad de obras pictóricas en su interior, se halla en un lugar apartado del ámbito turístico, aunque la visitamos porque nos venía de paso, ya que íbamos en dirección al Ponte Santa Trinita.

Florencia, Ponte Santa Trinita.

Considerado el puente florentino más bonito, se llama así por la cercana iglesia de Santa Trinita, construido en 1252, de madera, se derrumbó en 1259 durante un espectáculo. Fue reconstruido en piedra en 1333, pero una riada se lo llevó en 1557. Cosme I mandó a Bartolomeo Ammannati que lo reconstruyera, con la ayuda de su maestro Miguel Ángel. El proyecto que los dos crearon era inigualable por su belleza y por las novedades técnicas, por ejemplo, para resistir a las riadas, Miguel Ángel estudió unos arcos elípticos. En 1608, para celebrar la boda de Cosme II con Magdalena de Austria, se pusieron en el puente las estatuas de la Primavera, el Verano, el Otoño y el Invierno. Durante el verano de 1944, el ejército alemán, en retirada, hizo saltar, despiadadamente, el puente, que fue reconstruido, fiel al original, entre 1955 y 1958 por el arquitecto Gizdulich.

Florencia, Iglesia de San Miniato.

De ese modo llegamos de nuevo a la estación de Ferrocarril para regresar al camping, donde descansamos durante el resto del día...nos lo habíamos merecido...

Interior de la Iglesia de San Miniato.

Pero otro día, a eso de las 17:00 volvimos en coche a Florencia, concretamente a la Iglesia de San Miniato, donde además de muy buenas vistas sobre la ciudad, se hace todos los días a las 17:15 una misa famosa por sus cantos gregorianos.

La familia frente a Florencia.

Vistas de Florencia desde la Iglesia de San Miniato.

Si no disponéis de coche propio, el autobús número 12 llega hasta la colina donde está la iglesia. luego podréis bajas caminando hasta el centro en 15 o 20 minutos.

Vistas del Duomo de Florencia desde la Iglesia de San Miniato.

Ayuntamiento de Florencia desde la Iglesia de San Miniato.

Como podréis comprobar las imágenes que se obtienen desde aquí de Florencia son realmente espectaculares.

Vistas de Florencia desde la Iglesia de San Miniato.

Pero hay un lugar muy cercano desde donde podréis obtener mejores perspectivas de la ciudad.

La familia en la Vistas desde la Piazzale Michelangelo.

Se trata de nuestra última visita a Florencia, pero no por ello menos importante, la Plaza de Miguel Ángel o Piazzale Michelangelo, uno de los mejores miradores de Florencia y meta obligada de todo turista. Desde su cima podréis contemplar la ciudad en todo su esplendor.

Duomo de Florencia.

Se puede acceder a ella andando desde la Iglesia de San Miniato, ya que está a 5 o 10 minutos andando colina abajo.

Palacio Viejo o Ayuntamiento de Florencia.

Aunque si estáis en el centro de Florencia también se puede subir caminando desde la orilla sur del río Arno (hay diferentes caminos que están bien indicados), pero lo más cómodo es utilizar las líneas de autobús 12 y 13 que os dejan en la misma plaza.

Ponte Vecchio.

Fue construida como homenaje a Miguel Ángel, a partir de 1865, por el arquitecto Giuseppe Poggi.

Vistas de Florencia desde la Plaza de Miguel Ángel o Piazzale Michelangelo.

En la plaza, además de una réplica en bronce del David y de las cuatro estatuas de Miguel Ángel presentes en las Capillas de los Médicis (Cappelle Medicee), encontraréis restaurante y cafetería donde poder sentaros.

Iglesia de Santa Croce.

También hay diversos quioscos donde poder comprar un helado o algo de comer y varios puestos de souvenirs, aunque si vais a visitar Pisa, allí están los mismo mucho más económicos.

Ponte Vecchio.

Un consejo, si queréis tomar buenas fotografías, la mejor hora para subir a la plaza es al mediodía. Al atardecer, tendréis que luchar con el sol a contraluz para hacer buenas tomas.

Duomo de Firenze.

Lástima que nosotros no pudiéramos ir a mediodía, aunque pudimos disfrutar de buenas vistas tanto con sol como de noche.

Ayuntamiento de Florencia.

Con esto doy por finalizado nuestro relato sobre Qué ver en Florencia.

Vistas de Florencia desde la Plaza de Miguel Ángel o Piazzale Michelangelo.

Aquí un par de panorámicas más de Florencia para que podáis comparar. Están hechas desde el mirador de la cúpula del Duomo.

Florencia desde el mirador de la cúpula del Duomo.

Florencia desde el mirador de la cúpula del Duomo.