Qué ver en Grecia continental. Ruinas de Delfos. Parte 13

Como os contaba en anteriores relatos, habíamos madrugado mucho (5:00) para coger el primer ferry del día (6:00) y abandonar la Isla de Corfú en dirección a Meteora, un lugar mágico y maravilloso que acabábamos de abandonar justo después de comer en dirección a la localidad de Delfos.

Ruinas de Delfos.

Unas cuatro horas después, con película de DVD para los niños y la siesta pertinente, llegamos a nuestro segundo alojamiento del viaje, un hotel de 3 estrellas bastante justito y barato, aunque con aire acondicionado y nevera, pero sólo lo usaríamos para darnos una ducha, dormir y desayunar.

Golfo de Corinto.

Golfo de Corinto.

En Delfos ciudad no os encontraréis nada interesante turísticamente hablando, ya que se trata de un par de calles largas alrededor de las cuales se elevan decenas de hoteles. Es una pequeña ciudad en las laderas del Monte Parnassos, y próxima al Golfo de Corinto, con una gran historia a sus espaldas, nacida por y para el turismo.

Vistas desde el Monte Parnassos.

Delfos (Delfoi o Δελφοί) representó el centro espiritual y religioso de la Antigüedad Clásica, el ombligo del mundo, y la mitología griega la identificaba como el Centro del Mundo y en el que se encontraba el famoso Oráculo de Delfos y su Templo de Apolo.

Ruinas de Delfos.

De hecho cuenta la leyenda que Zeus hizo volar a dos águilas desde dos puntos opuestos del Universo y éstas se encontraron en Delfos, sobre una singular piedra con forma de proyectil llamada ónfalos que indica que ahí está el Centro del Mundo, el ombligo.

Vistas desde Delfos.

Pese a eso Delfos no está relacionada con Zeus, sino con Apolo, ya que allí era donde vivía el dios, rodeado de sus musas protegiendo las letras, las artes y las ciencias. Anteriormente fue sede del oráculo de la diosa de la tierra, Gea, que residía allí protegida por Pitón, una enorme serpiente.

Mi familia en Delfos.

Dice la leyenda, Apolo derrotó a la monstruosa serpiente y expulsó a la diosa del santuario. Fundó los Juegos Píticos, una competición que se celebraba cuatro años y que rivalizaba en importancia con las Olimpiadas (aunque se producían en años alternos), con los juegos de Nemea y del Istmo de Corinto.

Del nombre de la serpiente derivó también el de Pitonisa, como se llamaba a las mujeres que interpretaban las respuestas, es decir el oráculo.

Hoy constituye uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes del mundo, motivo por el que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y por todo esto aquí llegan todos los años miles de viajeros para visitar estos restos de tan imponente pasado.

El recinto arqueológico se encuentra a las afueras del casco urbano de Delfos, al Este, al lado de una carretera en la cual hay aparcamientos, y desde la entrada al mismo se abre paso un sendero habilitado, el Camino Sagrado o Vía Sacra, un recorrido serpenteante de unos 400 m que asciende por la ladera del monte Parnassos, abriéndose paso por los diferentes edificios que formaban parte del santuario y que vamos a visitar.

Las ruinas de Delfos están en el monte Parnassos.

Se visitan tres zonas distintas, pero las distancia entre ellas es de un kilómetro como mucho. La de mayor importancia y  más grande es la que alberga el Templo de Apolo y el museo, y tanto en las ruinas, como el el museo podréis sacar las entradas para ambos recintos.

Visualmente es un yacimiento arqueológico espectacular, de los más guapos que hemos visitado nunca, ya que se encuentra en la ladera del monte Parnassos donde los edificios parecen pelear entre ellos por destacar en un espacio escasísimo.

Mapa de cómo era Delfos.

Os adelanto que se debería llevar calzado adecuado, ropa cómoda y agua en abundancia en los meses de verano.

Mapa de Delfos.

Destacan muchas construcciones:

Ágora Romana de Delfos.

-el Ágora Romana, a la entrada, donde en la antigüedad existían comercios dedicados a la venta de ofrendas a los peregrinos.

Tesoro de los Atenienses.

-el Tesoro de los Atenienses, (490 a.C.), del que sorprende su buen estado de conservación. Ofrecido por Atenas a la ciudad de Delfos, el primero que apareció en las excavaciones de esta ciudad en 1893.

Tesoro de los Atenienses.

-el Bouleuterion, el lugar donde se reunía la asamblea que dirigía esta ciudad santa.

-el Tesoro de Sifnos, el más suntuoso del santuario, de estilo jónico y construido enteramente con mármol de Paros, tenía en su frente dos cariátides en lugar de columnas y estaba adornado con dos frontones y un largo friso esculpido con representaciones de episodios mitológicos.

Ruinas de Delfos.

-el Monumento a los Almirantes…

Ruinas de Delfos, Templo a Apolo.

Así sería el Templo de Apolo en pleno apogeo.

Y así un buen puñado de ruinas que corroboran la grandeza que un día tuvo el lugar, pues era lugar de peregrinación en busca de respuestas de las pitonisas a los Oráculos sobre todo tipo de preguntas.

Ruina del Templo de Apolo.

Pero el monumento más importante son las ruinas del Templo de Apolo (s. IV a.C.) del que sólo quedan los cimientos del templo y fragmentos de seis columnas dóricas de piedra porosa y piedra caliza, los elementos más significativos del yacimiento.

Templo de Apolo.

Se dice que frente a la fachada del templo existía una estatua colosal de Apolo, realizada en oro, de 16 metros de altura y que su interior se sentaba la sacerdotisa Pitia.

Tenía capacidad para 5.000 espectadores.

El Teatro de Delfos.

El segundo edificio en importancia del yacimiento es el Teatro, en la parte superior, justo encima del Templo de Apolo, que se ha conservado realmente bien y que en su tiempo acogía obras dramáticas y concursos de lírica que tenía que ser épicas.

Yolanda y los niños en Delfos.

Debajo del Teratro está el templo de Apolo.

Fue construido en el siglo IV antes de Cristo, y se calcula que tenía una capacidad de más de 5.000 espectadores.

Estadio de Delfos.

Más arriba todavía que el Teatro está el Estadio, donde se celebraban los Juegos Pítocos, un edificio cuya estructura actual responde a la reforma que hizo Herodes Ático en el siglo II. Cuenta con un graderío con capacidad para 7.000 espectadores, y la pista tenía unas dimensiones de 177,55 por 25,6 metros, uno de los más espectaculares que hemos visto nunca.

El estadio está en lo más alto de la colina.

Como ya había comentado, la visita a Delfos se completa con dos espacios más que están al otro lado de la carretera, y aunque se podría ir andando, es mucho más cómodo ir en coche, más si vais a viajar con niños.

En la segunda parada se visitan las ruinas del Gimnasio, del siglo IV a.C. donde se refrescaban los atletas tras su entrenamiento para los juegos Pitios. Se puede distinguir perfectamente la Palestra y las Termas.

Reconstrucción de esta zona de Delfos.

En la tercera y última parada se llega a uno de los símbolos de Delfos, el Santuario de Atenea Pronaia.

El Santuario de Atenea Pronaia.

Cuando bajéis la cuesta desde el aparcamiento, el camino que lleva a la derecha va hacia el yacimiento, os recomiendo desviaros a la izquierda para llegar a un mirador desde el que se obtiene una vista espectacular del templo, del tholos y del resto de elementos que componen esta excavación.

El Tholos es el símbolo de Delfos.

Lo más destacable del conjunto es el Tholos, un edificio circular del siglo IV a.C., que aunque aún no se sabe qué función cumplía, se ha reconstruido tres columnas dóricas y el arquitrabe. Tras los cimientos de diversos tesoros, pueden verse tres columnas dóricas que pertenecían al Templo de Atenea.