Qué ver en Grecia. Museo de delfos y llegada a Zante o Zakynthos. Parte 14

En el arículo anterior os relataba nuestra visita a las ruinas de Delfos, pero como no nos daba tiempo de ver el museo, decidimos volver a Delfos pueblo, cenar en un restaurante y madrugar para estar a primera hora de la mañana en el museo y así evitar las masas de turistas.

Así se supone que era Delfos.

Museo arqueológico de Delfos.

Debéis saber que el precio de la entrada es de 12€ para los adultos, aunque es gratuito para lo menores de la Unión Europea y para los estudiantes, pero ojo, porque piden el carnet...de todos modos, yo llevaba el carnet de la biblioteca y colé como estudiante dos de las cinco veces que lo intenté en los distintos recintos, de modo que ya sabéis...

Izan frente a varios escudos.

Armas y armaduras de guerra.

Empezamos entrando al Museo Arqueológico de Delfos, uno de los museos arqueológicos más ricos de Grecia, que alberga diversos objetos hallados en las excavaciones los descubrimientos de los restos encontrados del templo de Delfos, que data de la prehistoria a la antigüedad tardía, como el friso del tesoro de los Sifnos, del año 525 a.C., que representa una batalla entre dioses y gigantes, la esfinge de Naxos, dos kouroi del año 610 a.C., la columna de las bailarinas y la pieza más importante: el Auriga, un bronce del siglo V a.C., que fue dedicado a Apolo por un tirano tras su victoria en los juegos píticos.

La esfinge de Naxos.

El friso del Templo de Apolo.

El museo se encuentra ubicado en un moderno edificio (con wifi gratis...aprovechad) organizado en catorce salas en dos plantas, con una superficie total de exposición de 2270 m².

Diversas joyas de la época.

Pieza de una vajilla antigua.

No voy a seguir enrollándome con notas históricas o más técnicas sobre las piezas del museo, pero si debéis saber que es de lo mejores que vimos en el viaje, muy amplio, detallado e interesante, tanto para nosotros como para los niños.

Vitrina con distintas piezas.

Se trata de una visita imprescindible que nos ayudará a complementar la visita a las ruinas de Delfos, por lo que recomiendo que se haga en último lugar.

Llegando al Peloponeso.

Después de la visita, cogimos de nuevo el coche y pusimos rumbo a la Península del Peloponeso, pero sólo para cruzarla y dirigirnos a otra de las Islas del Jónico, Zante o Zakynthos, en la que pasaríamos dos noches más.

Cruzando el puente de Río-Antirio.

Lo más interesante del trayecto fue cruzar el puente de Río-Antirio (Γέφυρα Ρίου-Αντίρριου) que conecta la parte norte de la península de Peloponeso con el resto de Grecia, ahorrando varios kilómetros o el acceso con transbordadores como antiguamente. Su longitud es de 2252 metros, la anchura de 28 metros, y está formado por cinco tramos de cable.

El Ferry que nos llevó a Zante.

El trayecto total, incluyendo el ferry, las esperas y demás, fue de unas 5 horas, así que los niños estuvieron viendo películas en el DVD portátil del coche, y aprovechamos en el ferry para comernos una ensalada gigante que habíamos hecho por la mañana, de modo que ahorramos tiempo y dinero.

Llegando a Zante o Zakynthos.

Así que finalmente llegamos a Zante en Ferry, comprando el billete de ida y vuelta abierta (unos 12€ los cinco más el coche) comprado en la terminal de ferries, ya que al haber tantos horarios distintos y no saber a qué hora llegaríamos era la opción más lógica.

Mapa de playas de Zante.

Cubre un área de 405 kilómetros cuadrados, donde viven un poco más de 35.000 habitantes, cuenta con 123 km de costa y se encuentra a 300 km al oeste de Atenas, delante de la costa Peloponneso desde donde se puede llegar por un servicio regular de ferry.

Pueblos de Zante.

Una vez en la isla, tras preguntar en una oficina de información turística, (el GPS no reconocía la dirección de nuestro alojamiento) llegamos al Dollas Hotel, un sitio bueno, bonito y barato situado cerca de la capital.

Cocina del Dollas Hotel.

Por 100€ dos noches, cinco personas en un apartamento con servicio de limpieza diaria, con aire acondicionado, nevera, cocina, piscina, ¿qué más se puede pedir?..a si, tiene un supermercado abierto hasta las 24:00, así que ideal para comprar bebida o lo que haga falta.

Piscina del Dollas Hotel.

Después de comer y un merecido baño en la piscina cogimos de nuevo el coche para dirigirnos a las playas de arena de la Isla de Zante o Zakynthos, que son las del sur, ya que nos quedaban más cerca.

Aquí nacerá una tortuguita.

Así señalizan donde hay huevos de tortuga.

Unos 30 minutos después llegábamos a la Playa de Dafni, en el golfo de Laganás, una de las más bellas playas de la isla. A partir de la carretera costera que conecta Argasi a Vasilikos hay dos caminos diferentes que traen en los dos extremos de playa de Dafni, pero no están en muy buenas condiciones.

Poco más de una hora y a cambiar de playa.

A esta playa vienen las tortugas a desovar.

Al suroeste, donde se ubica la playa, está el parque nacional marino de la isla de Zante con las famosas tortugas de la isla, las Caretta caretta, una especie en peligro de extinción que se encuentra principalmente en la Bahía de Laganás.

Sombrillas y tumbonas en Dafni.

Izan y Joel jugando con la arena de Dafni.

El agua del mar es la más cálida de toda la isla (temperaturas entre 27 ° y 30 ° C) y como es una playa protegida, debido a que hay varios "nidos de tortuga" no ofrece las instalaciones deportivas, pero si que hay un par de tabernas de la familia con tumbonas y sombrillas para clientes.

Playa de Dafni, Isla de Pelouzo.

Varios peces en la playa de Dafni.

En los dos extremos hay zonas rocosas y en el frente en uno o dos km distancia, es la hermosa pequeña isla de Pelouzo; esta isla no es accesible de mayo a octubre, ya que está en una parte no navegable del parque marino.

Izan y su típica foto bajo del agua.

Playa de Dafni, en el golfo de Laganás.

Es un buen lugar para hacer snorkel porque las zonas rocosas tienen muchos peces y el agua, como en toda Grecia, es transparente.

Playa de Gerakas.

Un poco más al sur, a escasos kilómetros, llegamos a la playa de Gerakas, otra de las playas donde desovan las tortugas y sin duda otra de las más bellas. Consiste en una lengua de arena de largo que termina en un pequeño promontorio de buceo en el mar.

Aquí también hay tortugas.

Si se va hay que ser muy respetuoso y acatar las normas que son no pisar ni establecerse por las zonas donde hay nidos ni quedarse mas de 3 horas. El agua esta muy calentita y transparente.

Banana Beach, en la isla de Zante.

Como esta playa era de características similares a la anterior y se estaba haciendo tarde, decidimos cambiar de playa y pasar poco más de una hora bañándonos en otra playa cercana y muy distinta.

Aquí podréis practicar varios deportes acuáticos.

Unos 14 Km al sur de la capital se halla Banana beach, la playa más extensa de la isla.

Disfrutando un poco de Banana Beach.

Al parecer interminable, esta lengua de arena también es muy profunda y está perfectamente equipada para el turista, aunque está lejos de las aldeas y edificios, ya que posee tabernas, zonas con sombrillas y tumbonas y una zona con deportes de agua.

El último baño del día

Tras el último baño del día, volvimos al hotel, donde cenamos en el restaurante que hay junto a la piscina....ya os cuento lo que hicimos el día siguiente más adelante.