Llevábamos varios días disfrutando de la
provincia de Lleida, con actividades tan dispares como
barranquismo,
quads,
paseos a caballo, visita al
Valle del Bohí, al
Parque Nacional de Aigüestortes o al
Congost del Mont Rebei, y todas ellas desde nuestro campamento base en el
Camping de la Vall d'Àger.
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En los alrededores del Camp Nou. |
El Sábado por la tarde jugaba nuestro equipo de fútbol en casa, el F.C.Barcelona, y como somos socios y había apuntado a los niños, nos tocaba ir al
Camp Nou para que Izan y Joel se hicieran una
foto con el primer equipo, por segunda vez en su vida.
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Esperando a los jugadores. |
Barcelona está a tan sólo 2 horas de Àger, así que justo después de comer, tras haber estado toda la mañana descansando y disfrutando del camping, pusimos rumbo a la ciudad condal.
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Sergio Busquets. |
Tras recoger las entradas, los niños quisieron esperar a los jugadores a la entrada del campo, verlos llegar con sus flamantes Audis.
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Javier Mascherano. |
Pudimos ver a varios de ellos, aunque sólo me dio tiempo a fotografiar a Busquets y Mascherano.
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Los dos porteros del F.C.Barcelona esta temporada 16/17. |
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Iniesta es ídolo en Barcelona y en toda España. |
A la hora convenida, acudimos a la entrada del Museo del F.C.Barcelona, donde nos explicaron cómo funcionaba lo de la foto, rellenamos unos impresos y se llevaron a los pequeños protagonistas del día.
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Uno de mis ídolos de juventud, Stoichkov y su Balón de Oro. |
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Messi es el mejor jugador de la historia del fútbol. |
Aunque estuvimos poco rato, nos dio tiempo a hacer alguna foto del museo que habíamos visto ya en diferentes ocasiones.
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El calentamiento del Barça. |
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A punto de empezar. |
Pese a ser la segunda vez que tenían esta experiencia, ambos niños estaban ilusionados y emocionados de poder estar tan cerca de sus ídolos, aunque algo decepcionados porque por segunda vez, uno de sus jugadores favoritos, Neymar, no iba a estar en el 11 inicial, la ocasión anterior por lesión y esta vez por sanción.
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Izan y Joel ya han pisado dos veces la hierba del Camp Nou. |
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El primer equipo del Barça con Izan y Joel. |
Tras la emocionante foto pudimos disfrutar de la victoria del Barça frente a una correosa Real Sociedad por 3 a 2 y regresamos a dormir a Àger, ya que al día siguiente nos despediríamos de Lleida por todo lo alto.
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Zenith es la empresa que elegimos para disfrutar del kayak. |
Era Lunes 17 de Abril, fiesta en la
Comunidad Valenciana, por lo que todavía nos quedaba un día para aprovechar, y que mejor manera que volver a disfrutar del Congost del Mont Rebei, pero esta vez de una forma diferente, desde el agua.
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Congost del Mont Rebei en kayak. |
Poco antes de las 10:00 estábamos en el embarcadero de Corça, localidad cercana a Àger, donde llegamos tras unos 20 minutos en coche.
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Embalse de Canelles. |
Allí habíamos quedado con los chicos de
Zenith Aventura para recorrer los 8 kilómetros que hay hasta el Congost del Mont Rebei en
kayak, a lo que le tendremos que sumar otros tantos de vuelta.
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Izan iba conmigo. |
En este momento un monitor de la empresa estaba repartiendo el material (remos, chalecos salva vidas, bolsas estancas, etc) mientras que otro nos daba unos valiosos consejos de cómo coger el remo, cómo remar en los kayaks dobles (los nuestros) y sobretodo cómo hacerlo para cansarse lo menos posible.
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Joel acompañó a Yolanda. |
Pensad que la excursión dura entre 5 y 7 horas (dependiendo del rato que caminéis por los senderos), así que es muy importante hacer caso, ya que esa es la diferencia entre regresar cansados o terriblemente cansados.
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Una jornada perfecta. |
Tenéis la posibilidad de alquilar kayaks individuales o dobles y hacer la excursión a vuestro ritmo (como es nuestro caso) o con un guía.
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Acercándonos al Congost. |
De modo que, con todas las ganas del mundo, subimos todo lo necesario a los kayaks (agua, comida, móviles, cámara de fotos, etc) y empezamos a remar con bastante ganas, descansando cada poco tiempo, pero con bastante brío.
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En verano os podríais incluso bañar. |
Pronto le cogimos el tranquillo, y seguimos avanzando sin parar, ya que los guías de Zenith Aventura nos habían aconsejado ir sin parar cuando estábamos más frescos, y hacer las paradas que tengamos previstas a la vuelta para ir descansando los brazos.
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Joel no remó mucho, la verdad. |
Como de vez en cuando un kayak se alejaba del otro, pronto decidimos atarlos entre sí con la cuerda que nos habían proporcionado para atracar y atar los kayaks en los embarcaderos que hay en el recorrido (creo que 4), así nunca estábamos a más de 3 o 4 metros.
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Izan, sin embargo, si que me ayudó bastante. |
Al rato, con las fuerzas todavía prácticamente intactas, pasamos bajo el puente del Seguer, tras el cual aparece el Congost del Mont Rebei, es decir, el estrechamiento de las montañas con acantilados de hasta 500 metros de altura.
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Congost a la vista. |
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aquí no llega el sol y hace un poco más de frío. |
Estábamos viendo esos paisajes que nos asombraron y nos dejaron con la boca abierta el día que hicimos el trekking por el Congost del Mont Rebei, pero esta vez desde el agua.
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Un par de días antes lo hicimos caminando. |
Nos adentramos unos 400 ó 500 metros en el estrechamiento y decidimos dar la vuelta por tres razones, primero porque más allá no había nada tan interesante como para seguir, también porque teníamos que deshacer el camino remado, pero también porque con las altas paredes, la ausencia de sol (estábamos en las sombras) y el viento colándose entre este pasadizo natural, estaba haciendo un pelín de fresquito.
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Congost del Mont Rebei en kayak. |
Una vez de nuevo a los pies del puente del Seguer, atracamos en el embarcadero que hay en nuestra izquierda (dejando el congost a nuestra espalda), es decir, en tierras catalanas.
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Puente del Seguer. |
Así que cruzamos a pie la frontera natural entre Cataluña y Aragón, el puente del Seguer, tras el cual nos encontramos con la parte más dura de toda la ruta donde la exigencia física nos sacó el aire de los pulmones, pero pese a todo continuamos ascendiendo durante 20 ó 30 minutos a sabiendas de que merecería la pena.
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Las famosas escaleras del Congost del Mont Rebei. |
Por aquí pasa el sendero que une el Centro de Visitantes de la Masieta (donde terminamos el trekking del Congost del Mont Rebei), en Cataluña, con el Albergue de Montfalcó, en Aragón, y es la ruta que hace la mayoria de excursionistas, de modo que como el día del trekking no lo hicimos, aprovechamos este momento para descansar del kayak y hacer este tramo.
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Las vistas son espectaculares. |
Tras la dura ascensión llegamos a la zona de las pasarelas, construidas con helicóptero debido a la altitud a la que se encuentran, donde las vistas son increíbles.
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Allí muy al fondo es donde terminaría la excursión. |
A pesar de estar a gran altura te sientes seguro y aunque puede aparecer el vértigo (sobretodo bajando y subiendo las escaleras) y la emoción, si vais con cuidado no correréis ningún peligro.
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Viendo las fotos apetece volver. |
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Congost del Mont Rebei. |
Una vez allí tienes tres opciones, llegar hasta el Albergue de Montfalcó, que no nos interesaba, regresar o descender por unas empinadas escaleras de madera que recorren la roca verticalmente y que se han hecho tremendamente famosas y que salvan un desnivel total de 83 metros en 291 escalones.
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Joel se lo pasó pipa. |
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Impresionante desde arriba y desde abajo. |
Nosotros descendimos para poder observar las escaleras desde debajo, para luego volver y deshacer el camino andado hasta regresar a los kayaks.
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El color del agua es impresionante. |
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Joel es fan de las escaleras, le gustan un montón. |
Lo que continuó fue lo más duro del día, ya que se nos hizo bastante largo el camino de regreso, parecía que el embarcadero de Corçà no llegaba nunca. El cansancio y el viento el contra hicieron mella, pero pese a todo calificaría la excursión como un verdadero acierto, una experiencia difícil de olvidar tanto para nosotros como para los niños que no descartamos repetir en el futuro.
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Vistas brutales, sí señor. |
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Como veis no eramos los únicos con kayak. |
Sólo quedaba regresar al camping, recoger los trastos, maletas y demás, enganchar la caravana y regresar a casa, donde llegamos 4 horas después con la mente llena de buenos recuerdos, experiencias inolvidables y ganas, muchas ganas de volver.
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Con esta foto se cierra el artículo. |
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