Norte de España en Caravana-Qué ver en Cantabria, Bárcena Mayor y Carmona. Parte 5

Después de una mañana de visitas al bosque de secuoyas del Monte Cabezón, y las poblaciones de Carrejo y Ruente, seguimos en nuestro pequeño road trip hacia Bárcena Mayor.

Selores, Cantabria.

Selores, Cantabria.

La última parada antes de llegar, la más breve de todas, fue en Selores, una pequeña pedanía a 2 km. de Cabuérniga, dentro de un estrecho valle por donde pasa el río Saja.

Bárcena Mayor, Cantabria.

Antigua escuela, hoy tienda de artesanía.

Acto seguido llegamos al aparcamiento gratuito de Bárcena Mayor, uno de los pueblos de la asociación "Los Pueblos Más Bonitos de España", declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1979, ya que no se puede acceder con coche al casco urbano a no ser que seas vecino.

Como veis estábamos bastante solos.

Casas de estilo montañés.

En pleno corazón del valle del Saja, a la vera del río Argoza, rústico, llamativo y pintoresco, nos recibe el pueblo más antiguo de Cantabria, y según dicen de España, uno de esos sitios en los que el tiempo parece que no ha pasado, que el tiempo se detuvo hace siglos.

Lamadera de las casas está trabajada.

Son casas de dos plantas.

Imprescindible perderse por sus callejuelas, repletas de casas típicas de la zona, de estilo montañés, la gran mayoría de la época fernandina s. XVI y s. XVII), con fachadas orientadas al mediodía o a Oriente, flanqueadas por cortavientos y de dos plantas, la inferior con portalada o soportal donde aparecen la puerta de la entrada cuadrada, la boquera del pajar y una escalera de madera o piedra que sube hasta la vivienda y el superior con las balconadas típicas, que juntas, dispuestas en forma rectangular en torno a sus dos calles principales y plazas, forman uno de los mejores ejemplos de arquitectura popular de Cantabria, representando de ese modo la conservación de los valores tradicionales de la Cantabria rural.

Una población rural.

Bárcena Mayor, Cantabria.

Pasear por sus calles empedradas; observar sus casas de arquitectura tradicional, espléndidas balconadas; descansar o tomar algo en alguno de sus bares o restaurantes, la mayoría alrededor de sus plazas, como la del Mesón o la del Corral de las Ovejas, en las que se conservan varios lavaderos públicos a los que acudían las vecinas a lavar la ropa; o buscar esos rincones que hacen de Bárcena Mayor un lugar impresionante, con un ambiente y sabor rural que lo envuelve todo, es a lo que os dedicaréis si decidís venir hasta aquí, ya que actualmente no es lugar de paso, como antaño, ya que la carretera "muere" aquí.

Calles empedradas de Bárcena Mayor.

Una de sus tiendas de artesanía.

Otro "atractivo" de la Bárcena Mayor son tiendas de artesanía, con yugos, ruedas o albarcas, donde os podréis abastecer desde imanes de nevera hasta utensilios de madera realizados a mano.

Una de sus casa más fotografiadas.

El pueblo es pequeño pero precioso.

La iglesia de Santa María, del siglo XVII, posee un interesante retablo barroco del siglo XVIII.

Alrededores del puente.

Puente sobre el río Argoza.

No debéis olvidaros de acercaros al puente, del siglo XVI, casi al final del pueblo, ya que obtendréis preciosas fotografías allí.

Bárcena Mayor, Cantabria.

La típica estampa o imagen de Bárcena Mayor.

Después de una hora larga, tras un paseo por esta localidad de estampa medieval (pensad que tiene poco más de 100 habitantes), volvimos al coche para seguir de visita por los pueblos de la zona.

Mirador de Carmona, Cantabria.

Carmona merece una parada.

Volvimos unos kilómetros por la carretera por la que vinimos, deshaciendo el camino hecho, hasta desviarnos a nuestra izquierda, hacia el Oeste, por la carretera que nos llevó a Carmona, con breve parada en el Mirador de Carmona, desde donde se obtienen unas magníficas panorámicas.

Su arquitectura es similar a la de Bárcena Mayor.

El entorno es precioso.

Carmona, declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural, es un pueblo donde, al igual que en Bárcena Mayor, queda perfectamente reflejada la arquitectura típica de las casonas montañesas, una pequeña e interesante localidad de menos de 200 habitantes donde son típicas las albarcas.

Carmona está repleta de casas de piedra.

Carmona fue la sorpresa del día.

Es interesante deteneros para dar un paseo por su  viejo trazado urbanístico de callejuelas intrincadas y estrechas, admirando la cuidada arquitectura típica de la zona, donde encontraréis casonas-palacios de la época barroca, junto con casas de piedra más sencillas, formando un bello conjunto rural muy bien incorporado en el paisaje, una localidad encantadora y tranquila, una belleza de pueblo rural, auténtico e ideal para la desconexión y los amantes de la naturaleza, sobretodo por su bello entorno.

Merece la pena perderse por sus calles.

Estuvimos prácticamente solos.

A pesar de no ser tan turístico y famoso como el anterior, merece mucho la pena callejear sin rumbo por Carmona, no os arrepentiréis.

Mirador de Pechón.

Una vez Carmona paseada, volvimos a nuestro camping para descansar, disfrutar de la piscina y que los niños jugaran con sus amigos, pero antes pasamos por el Mirador de Pechón, tal y como podréis ver en la foto de arriba.