Roadtrip por Islandia-Qué ver en el Sur de Islandia (III)-Glaciar Sólheimajökull y cañón Fjardrárgljúfur-Parte 8

Con la sonrisa todavía en la cara después de haber tenido una de las experiencias más alucinantes de nuestras vidas el día anterior, al haber explorado la Cueva de Hielo Katla con Fjallhalla Adventurers, nos despertamos y después de desayunar deshicimos parte del camino hecho ayer por la Ring Road para llegar al aparcamiento del Glaciar Sólheimajökull, donde gracias a esta empresa, haríamos de nuevo un tour.

Camino al glaciar Sólheimajökull.

Una vez allí, completamente solos, esperamos a que llegaran nuestros guías de Arcanum, la empresa con la que Fjallhalla Adventurers trabaja en este glaciar. En todo momento la comunicación entre Fjallhalla y nosotros ha estado viva, cambiando de día y adaptándose a nuestras necesidades tanto una como la otra excursión, y aconsejándonos sobre qué ropa llevar, por poner algunos ejemplos.

Base del Glaciar Sólheimajökull.

Sólheimajökull, Sól (Sol)-Heima (Casa)-Jökull (Glaciar), es decir “la Casa del Glaciar del Sol” es como se llama una de las lenguas glaciares del glaciar gigante Mýrdalsjökull, el cuarto glaciar más grande de Islandia y bajo el cual se halla el poderoso volcán Katla, el mismo en el que está la Cueva de Hielo Katla, pero en una lengua distinta, de hecho de un punto a otro hay más 50 km, alrededor de una hora de camino.

Esos picos son bastante más altos de lo que parece.

El Glaciar Sólheimajökull es uno de los glaciares más accesibles de Islandia, ya que a su parking gratuito se accede tras dejar la Ring Road por una carretera asfaltada a 31 km de Vík í Mýrdal y conducir menos de 5km.

Subiendo la parte con más desnivel.

En condiciones normales, sin la Covid-19, aquí habría cientos de coches aparcados y entre 400 y 500 personas explorando el glaciar (según nuestros guías) y hoy íbamos a tener la grandeza del glaciar para nosotros, sin la compañía de ningún turista...sólo al regresar vimos a una pareja con un guía haciendo la excursión.

Nos llovió levemente durante todo el tour.

Nos contaban los guías, muy simpáticos los dos, que el grosor del glaciar Sólheimajökull retrocede entre 30 y 70 metros al año a causa del cambio climático. En 1995, la lengua glaciar llegaba justo hasta el parking, es decir unos 3 kilómetros más larga, casi nada.

A esto le llaman Mordor.

Si Islandia sigue con su ritmo de deshielo debido al calentamiento global, en 100 o 200 años, no quedará ni un solo glaciar en todo el país. No en vano, en los últimos 20 años los glaciares de la isla de hielo y fuego han perdido el 7% de su volumen.

El calentamiento global se está cargando el planeta...

De hecho, en 2014 Islandia perdió uno de sus 400 glaciares (contando grandes glaciares, 13, y sus lenguas) por culpa de esta crisis climática, el glaciar Okjökull, también conocido como Ok.

..y es el causante de la desaparición de los glaciares.

Los glaciares solo se forman en la tierra cuando la nieve permanece el tiempo suficiente en un lugar hasta congelarse, y con el paso de los años, siglos más bien, la nieve se comprime hasta formar esas gruesas masas de hielo.

Caminando por Sólheimajökull.

En teoría un glaciar es un bloque de hielo grande y persistente, una gran y helada masa blanca, y digo en teoría porque en las partes bajas de los glaciares el blanco no lo es tanto debido a los sedimentos arrastrados por la lengua del glaciar, pero en el caso del glaciar Sólheimajökull es todavía menos blanco, ni la lengua ni casi nada, más bien blanco y negro que hace resaltan el verde de las montañas de alrededor que parecen incluso fluorescentes ¿la razón?.

Una de las grietas del glaciar.

Pues resulta que en 1918, el volcán Katla erupcionó y llenó de ceniza el cielo islandés y claro, lo más cercano era el glaciar que recibió una buena dosis, de ahí ese color.

Parecemos los componentes de Parchís...ja, ja, ja.

De hecho esta ceniza impide que el hielo se deshaga, pues hace de protector, por eso se forman esos picos negros en la parte baja del glaciar.

Caminar en fila india es lo más seguro...

Antes de llegar al glaciar, nos colocamos los crampones, imprescindibles para caminar por el hielo sin resbalar, por lo que no aconsejo que hagáis la caminata por el glaciar sin ellos, ni que la hagáis por vuestra cuenta tampoco, veo necesario que os acompañe un experto. 

...porque grietas o zonas inestables pueden aparecer.

Lo que sí que podéis hacer es acercaros a su lengua por vuestra cuenta si no podéis hacer frente al precio de la excursión, que en Islandia son bastante caras para los que vivimos en España.

Foto de familiar de los viajeros.

Del pack de seguridad: casco, piolet, crampones y arnés, el casco y el arnés nos lo colocamos en el mismo parking, mientras que los crampones nos los calzamos a los pies del glaciar ya que desde el aparcamiento hay un cómodo paseo de 15 minutos en el que no son necesarios los crampones.

Uno de nuestros guías se adelantaba con el objetivo...

A este panorama negro los guías lo llaman vulgarmente Mordor, y lo que más cuesta de sobrepasar es precisamente esta parte, Mordor, el principio del ascenso al glaciar.

...de ir viendo qué camino tomar.

Una vez en el lomo del glaciar, todo es más fácil, ya que el desnivel es menor, y el paisaje se vuelve bastante más blanco.

Joel escalando una pared de hielo.

Tuvimos tiempo incluso de escalar una pared vertical de hielo, una de las cosas que más ha gustado a Joel de todo el viaje.

El lomo del glaciar es más blanco.

Para Yolanda y para mi era la segunda vez que escalábamos un glaciar, ya que en 2004 ya tuvimos esta experiencia en la Isla Sur de Nueva Zelanda, pero para Ibana, Izan y Joel fue la primera vez que experimentaron la emoción de escalar sobre el hielo de un glaciar, una experiencia extraordinaria que a los niños les gustó mucho más que la Cueva de Hielo Katla.

Una cascada en la pared de la montaña.

Por cierto, a nosotros nos estuvo lloviendo durante toda la excursión, no era una lluvia intensa, pero no paró de caer esa fina capa de agua y no pudimos ver el sol.

Hora de volver.

Tras casi 8 km de trekking por arriba del hielo, creedme si os digo que cansa bastante más que caminar por tierra firme, pues hay que pisar con fuerza para que en cada pisotón se anclen los crampones con firmeza al hielo, regresamos al aparcamiento donde nos despedimos de los guías y aprovechamos que llevábamos la cocina y nevera en la furgontera camperizada para comer allí mismo.

Eldhraun, zonas de musgo sobre la lava.

A los pocos kilómetros del Solheimajökull está el aparcamiento para visitar el famoso avión estrellado DC3 Douglas (coordenadas para el GPS: 63º 29′ 05.5″N 19º20’06.3″ W). Se trata de un avión de las fuerzas aéreas de EEUU que estaban en Islandia durante la Guerra Fría, un Navy Douglas Super DC-3, que se averió en pleno vuelo y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en la playa de Sólheimasandur, en medio de la nada, un 24 de noviembre de 1973, eso sí, afortunadamente sin victimas mortales. Decidimos no hacer los 7km (ida y vuelta) y no caminar alrededor de una hora por un terreno desértico y aburrido para llegar y otra para volver, una lástima porque hasta 2016 se podía recorrer en 4×4. Esta es una de las cosas que teníamos prevista hacer y que, por culpa de los 5 días de cuarentena impuestos por Islandia, tuvimos que prescindir.

Cañón Fjardrárgljúfur, Islandia, Iceland.

Poco más de una hora después de salir del aparcamiento del Glaciar Sólheimajökull, desviándonos de la Ring Road unos 3 km por la carretera 206, justo después de Eldhraun (zonas de musgo esponjoso sobre lava con formas muy graciosas, en la misma carretera R1 hay un mirador), llegamos al cañón Fjardrárgljúfur, famoso porque Justin Bieber rodó allí uno de sus videoclips, de hecho, antes de eso, apenas paraba nadie, y eso que también se usó como escenario en la película de Thor.

Hay zonas donde no deberíais ir si os estimáis la vida.

Este impresionante cañón de 100 metros de profundidad y 2 kilómetros de longitud, uno de los lugares más verdes de la isla, dejan al causante de esta obra de arte, el río Fjaðrá que por el transcurre, en un segundo plano.

Y pensar que hace unos años permanecía en el "anonimato".

Las gigantes esculturas rocosas repletas de musgo nos dejó sin palabras, con la boca de par en par, cada vez más nos íbamos dando cuenta que estábamos ante un país más bello de lo que esperábamos.

Este cañón nos pareció realmente precioso.

Hay un pequeño sendero que bordea el cañón y que, gracias a la reciente construcción de los 3 miradores, os permitirá apreciar su magnitud desde otro punto de vista. 

El mirador más alejado del aparcamiento.

Una hora será tiempo suficiente para admirar semejante belleza. Por cierto, en el aparcamiento (no demasiado grande) hay dos baños, así que aprovechar para hacer vuestras necesidades o para llenar las botellas de agua.