Roadtrip por Islandia-Qué ver en el Círculo Dorado (II) y alrededores-Parte 20

Después de haber visitado el Círculo Dorado de Islandia, lo más visitado del país, teníamos una última actividad reservada allí mismo, en pleno Parque Nacional de Thingvellir.

Preparados para la actividad.

Los seísmos de los que hablaba en el artículo anterior han ido formando barrancos, que se han ido llenando de agua dulce procedente del deshielo del cercano glaciar Langjökull, formando también el lago Thingvallavatn, el mayor lago natural de Islandia.

Qué guapo estoy con la máscara...ja, ja, ja...

En este lugar el agua es tan cristalina y transparente, debido a que procede del glaciar y carece de sedimentes, que la visibilidad supera los 100 metros (328 pies), y es la razón por la que aquí se practica buceo y snorkel...sí, sí, habéis leído bien.

Vamos a bucear en aguas a 2ºC.

A priori parece imposible, con el frío que hace y el agua a 2°C (35.6°F), pero la tecnología en forma de  trajes secos de buceo lo hacen posible incluso en invierno, de hecho el snorkel en Silfra es una de las actividades más demandadas de Islandia, ya que es la grieta más impresionante y es el único lugar del mundo donde se puede hacer entre las placas tectónicas, es decir, entre dos continentes.

Snorkel en Silfra. Parque Nacional de Thingvellir.

Eso sí, para ello, para hacer snorkel, deberéis tener 14 años de edad y saber nadar, y por eso Joel no pudo hacerlo y el mayor, Izan, no quiso, de modo que la actividad la hicimos los 3 adultos del viaje. 

Alucinante, no os lo podéis perder.

Para bucear no sólo se requiere un PADI Open Water Scuba Diver calificado, también experiencia en el buceo con traje seco.

Ibana y Yolanda buceando.

Si el snorkel nos pareció alucinante, no me quiero ni imaginar cómo debe de ser practicar submarinismo aquí...brutal.

Parque Nacional de Thingvellir, Círculo Dorado de Islandia. 

Estos trajes secos hacen las veces de chaleco salvavidas y la suave corriente de Silfra  nos guio por el recorrido sin apenas esfuerzo, es mucho más fácil y menos cansado que lo que nuestro guía nos había dicho.

Yolanda disfrutó mucho...en principio no iba a hacerlo.

Hacer snorkel en la falla de Silfra no es peligroso en absoluto. Lo difícil es olvidarse de estos azules y verdes tan vivos, de las transparencias, y de pensar en que estuvimos buceando entre dos continentes, fascinante.

Sabíais que es posible beber agua de Silfra.

El agua aquí es tan pura que es posible y saludable beber el agua en la que estábamos buceando, el agua de Silfra está fresca y realmente deliciosa, la mejor manera de despedirnos de una de las experiencias más auténticas que vivimos en este viaje.

Pero qué pedazo de experiencia.

La duración total de esta experiencia es de alrededor de 2 horas, más si hay mucha gente, claro, pero en el agua estaréis más o menos 45 minutos que pararán volando...nadando en este caso...

Bajo el agua es mucho más espectacular.

La actividad la contratamos unos pocos días antes, pero es muy demandada y en condiciones normales, sin la Covid-19, no hubiéramos tenido plazas para hacerla.

Esta zona tiene muy poca profundidad.

Es una de las actividades más recomendables de Islandia, y pese a su precio, una de las más económicas. Nosotros recomendamos encarecidamente hacerla.

El agua de Silfra es realmente transparente.

Al finalizar la misma, nuestro guía Luis, de México, nos calentó el cuerpo con un rico chocolate caliente que "volvió a conectarnos" en este día tan frío.

Nos ha sabido a poco.

Hay tres lugares en el Círculo Dorado que por distintas razones no pudimos disfrutar, dos baños termales, Laugarvatn Fontana en la localidad de Laugarvatn, y Laguna Secreta o Gamla Laugin, ambas cerradas durante los dos días que estuvimos en la zona por las restricciones de la Covid-19 (estaban aprovechando para mantenimiento o sólo abrían el fin de semana).

Luis, el guía, con los participantes de la actividad.

Otro de los lugares que no visitamos, en este caso porque no la encontramos fue la Cascada Bruarfoss, así que ya tenemos escusa para volver a Islandia...ja, ja, ja...

Deildartunguhver, Islandia, Iceland.

Alrededor de 1 hora y 30 minutos de conducción desde allí más tarde llegamos a Krauma Spa, justo al lado de Deildartunguhver, un manantial de aguas termales (la fuente termal más poderosa de Europa) que se caracteriza por tener un caudal de agua increíble cuya temperatura está a 97 grados. Al llegar nos encontramos con advertencias de peligro.

Obligatorio bañarse desnudo antes de entrar en las piscinas.

Krauma abrió al público en 2017, así que las instalaciones están super nuevas. Estos baños termales parecen más un spa por su estética y sus comodidades. 

La mejor manera de terminar un día de visitas.

Eso sí, con vistas a las montañas islandesas y a las fumarolas de vapor elevándose sobre el manantial del que provienen sus aguas.

Qué pasada de baños termales.

Las seis piscinas naturales de Krauma, cinco calientes (entre 37 y 43 grados) y una fría, contienen agua limpia y clara, directamente de Deildartunguhver, aunque se tiene que enfriar, y pese a no agregase desinfectante al agua, su pureza está asegurada.

Krauma Spa, Islandia, Iceland.

Pese a que hacía frío, viento y llovía un poco, nosotros disfrutamos de un baño cálido y relajante en aguas geotérmicas ricas en minerales que hierven debajo del suelo en el área de Borgarfjordur en las piscinas de formas redondeadas

Sala de relajación de Krauma.

Para maximizar la relajación, existe una sala de relajación ubicada en el área de la piscina. La habitación tiene cómodas tumbonas donde los huéspedes pueden relajarse con música dulce y un aperitivo junto a la chimenea, sencillamente lo mejor del lugar...qué paz. 

La ducha final es parte del "protocolo".

Tras casi tres horas en el paraíso, nos relajamos más si cabe en las duchas y vestuarios en los que como es habitual, hay productos de primera calidad, me refiero al champú, acondicionador y gel.

Cascadas Hraunfossar, Islandia, Iceland.

A menos de 25 kilómetros de allí, unos 20 minutos, están las Cascadas Hraunfossar o "cascadas de lava", una serie de impresionantes cascadas donde las aguas fluyen directamente del campo de lava Hallmundarhraun (formado hace unos 1.000 años) creando una de las vistas más impresionantes de Islandia, pues el agua que queda atrapado entre las rocas de lava, crea una serie de riachuelos que forman cascadas finas que fluyen por muchos puntos y caen de forma maravillosa al río Hvitá.

La única cascada que vimos que no nace de un río.

Hraunfossar no es ni muy caudalosa, ni especialmente alta, pero sí es larga, unos 900 m., y es realmente preciosa la forma que dibuja el agua al caer y además tiene la singular característica de ser una cascada que no nace de un río.

Cascadas Barnafoss, Islandia, Iceland.

A pocos metros de distancia encontrará otra cascada interesante, Barnafoss o "la cascada de los niños", pues se dice que aquí había un puente de piedra natural sobre la cascada, y dos niños de una granja cercana cayeron a la muerte cruzando el río en el puente. Después, la madre afligida hizo destruir el puente.

Después de esto nos fuimos a descansar al camping más cercano de las cascadas y de donde al día siguiente salía nuestra última excursión en Islandia, en Húsafell, a menos de 10 minutos, otro de los campings cerrados donde dormimos gratis.