Qué ver en Calpe y alrededores-Benissa, Iglesia Rusa de Altea y Villajoyosa-Parte 1

Estaba siendo un año bastante duro para todo el mundo, ya que la Covid-19 no da tregua, de modo que Yolanda y yo decidimos hacer una escapada de 3 días (en el puente de Octubre) por la provincia de Alicantes...dormiríamos en un apartahotel de Calpe, desde donde descubriríamos los alrededores en plan low-cost.

Mapa Turístico de Benissa.

El primer lugar que visitamos, antes incluso de llegar al alojamiento, fue Benissa, un pueblo encantador enclavado en el corazón de la Marina Alta, en la provincia de Alicante, Comunidad Valenciana.

Ayuntamiento de Benissa.

Nuestra idea era pasear por su casco antiguo de marcado carácter medieval, y el mejor lugar para empezar este recorrido por su centro histórico es el Ayuntamiento de Benissa, ubicado en la Plaza del Portal (punto rojo del mapa), y que está, desde 1981 tras realizar una rehabilitación, en el antiguo edificio del Hospital Municipal de 1790.

Convento de las Hermanas Terciarias Franciscanas.

Antes de adentrarnos en el casco antiguo, en la misma Plaza del Portal, donde se encontraba una de las puertas de acceso al recinto amurallado de la población podéis ver la Cruz de piedra tosca(1974), y detrás de la misma el Convento de las Hermanas Terciarias Franciscanas de Benissa.

Algunas casas de Benissa tienen blasones.

La mejor manera de recorrer el casco antiguo es entrando por la Calle Puríssima, típica calle medieval repleta de historia, monumentos y edificios de gran valor y en cuyo recorrido veréis casas señoriales de enrejados balcones y algunos blasones.

Placeta de l'Església Vella, Benissa.

El primer lugar que nos encontramos es la curiosa Placeta de l´Església Vella, ocupando el espacio de la antigua Iglesia-Fortaleza de San Pedro, del S. XVI que fue demolida hacia 1940 por su estado ruinoso debido al desuso. Una de las entradas a la plaza es una réplica del portalón de entrada a la iglesia.

Calle Puríssima de Benissa, Sala del Consell.

Avanzamos por la calle Puríssima hasta llegar al número 41, a la Sala del Consell, que fue almacén para la contratación y venta del trigo, Casa de la Villa (alojando en sus estrechas salas al Consejo, el archivo, la prisión y los cargos administrativos de la época), y también sirvió como escuela unitaria.

 Calle de Mossén Gaspar Telló, Benissa.

Un rincón precioso de Benissa.

Un poco más adelante merece la pena entrar en la Calle de Mossén Gaspar Telló, uno de los rincones más bonitos de Benissa, donde además está el Espai d'Art Contemporani Salvador Soria de Benissa.

Benissa nos sorprendió.

Retrocedemos sobre nuestros pasos para recorrer la Calle dels Desemparats, donde está la Casa Museo Abargues, una casa palaciega de los siglos XVIII-XIX cuyo interior está repleto de ese ambiente nobiliario de la época, una lástima que estuviera cerrado.

Casco antiguo de Benissa. Provincia de Alicante. 

Seguimos callejeando por el casco antiguo de Benissa, vacío de turistas, se podría decir que éramos los únicos que caminaban por estas blancas calles, pues los locales estaban poblando las plazas y terrazas.

Benissa. Iglesia de la Puríssima Xiqueta.

En una de esas plazas, la Plaza Rei Jaume I, está la Iglesia de la Puríssima Xiqueta (1902-1929), un edifico de estilo neogótico de tres naves que es la iglesia principal de la localidad.

Casco antiguo de Benissa. Provincia de Alicante. 

Todo este recorrido se puede hacer caminando plácidamente por las estrechas calles del centro histórico de Benissa en una hora más o menos, porque está todo muy cerca.

Convento de los Padres Franciscanos de Benissa.

Lo único que pilla un poco más lejos, aunque a sólo 5 minutos andando, es el Convento de los Padres Franciscanos, un edificio muy sobrio, de robustos muros, de arquitectura con reminiscencias renacentistas, donde  destacan la torre campanario y el claustro.

Calpe con su mítico Peñón de Ifach.

Después de esta interesante visita pusimos rumbo a nuestro alojamiento de Calpe, desde donde salíamos cada mañana, sin prisas, sin poner el despertador, algo bastante raro en nosotros, a descubrir los alrededores de Calpe.

Iglesia ortodoxa rusa, Iglesia del Arcángel Miguel.

Así que, a la mañana siguiente, salimos en dirección a Villajoyosa, pero hicimos una parada casi en la misma carretera nacional a la altura de la urbanización Altea Hills, en el término municipal de Altea, fue una sorpresa para Yolanda que se estaba preguntando ya a lo lejos qué eran esas cinco cúpulas doradas que se divisaban.

Fue inaugurada en 2007.

Allí esta el primer templo de la Iglesia ortodoxa rusa construido en España, la preciosa Iglesia del Arcángel Miguel, una réplica exacta de una iglesia ortodoxa rusa característica del siglo XVII inaugurada en 2007.

Su interior nada tiene que envidiar al exterior.

Es conocida vulgarmente como la iglesia rusa de Altea, y no sólo porque sea ortodoxa rusa, también es debido a que los albañiles y la materia prima para construirla fueron traídos de Rusia, la única excepción son las cinco campanas situadas a 33 metros de altura, fabricadas en Valladolid.

Aquí se celebran bodas, bautizos y misas.

El porqué de su construcción aquí es bastante evidente, después de la caída del Telón de Acero y la consecuente apertura de fronteras, cuando se disolvió la U.R.R.S., llegaron a España muchos rusos en busca de un clima más benévolo.

Los frescos del techo también son espectaculares.

Éstos, los rusos, se congregaron en algunas poblaciones turísticas de la Costa del Sol en Marbella o la Costa Blanca, como Torrevieja o Altea, y el único modo de seguir practicando su religión fue construyendo una iglesia cerca, sintiéndose de ese modo como en casa, pero a miles kilómetros de sus hogares.

Las casas de colores de Villajoyosa.

A escasos kilómetros de allí está Benidorm, donde estuvimos años atrás disfrutando tanto del parque de atracciones Terra Mítica como del parque acuático Aqualandia o Mundomar, un pequeño zoo, de modo que esta ocasión no tocaba, así que aparcamos en la siguiente población al Sur, Villajoyosa.

Casco antiguo de Villajoyosa.

Su casco antiguo, salpicado con pintorescas casas de coloristas fachadas, mantiene un grado de conservación envidiable, y además da a la playa, por lo que en verano tiene que ser un lugar muy animado.

Villajoyosa, provincia de Alicante.

Esta tradición, la de tener vivos colores en las fachadas, viene de cuando los antiguos pescadores llegaban a puerto, que necesitaban identificar rápidamente su casa, ha llegado hasta nuestros días, y los vecinos han sabido potenciarla turísticamente.

Casas de colores del paseo marítimo.

La playa urbana de La Vila.

Es junto al Puerto, donde se halla el amplio paseo marítimo, salpicado de bares, restaurantes y terrazas, con la playa del centro de la Vila, donde está el barrio de pescadores con las famosas casas de las fachadas de colores, una preciosa estampa y el mejor lugar para dar un paseo.

Villajoyosa nos enamoró.

Su carácter tradicionalmente marinero y comercial ha determinado su particular arquitectura, con planta y distribución típica de la época de la reconquista . 

Casas colgantes de Villajoyosa, provincia de Alicante.

En vuestro paseo por el casco urbano no os podéis perder las casas colgantes, una insignia de La vila, situadas mirando el Río Amadorio, una de las zonas más bonitas del pueblo.

Villajoyosa, iglesia-fortaleza de la Asunción.

En este bello conjunto histórico artístico destaca la iglesia-fortaleza de la Asunción, Bien de Interés Cultural (BIC), perteneciente al gótico catalán, y el conjunto de las calles Colón y de Canalejas, donde se conservan edificios con diferentes estilos arquitectónicos que abarcan los siglos XIX y XX.

Muralla renacentista de La Vila.

También se conservan restos de la muralla renacentista que antaño protegía la ciudad de las invasiones.

Un bonito ejemplo de arte urbano o street art.

Nos faltó completar la visita con la Fábrica-Museo de chocolates Valor, que estaba cerrada por ser fiesta, así que ya tenemos escusa para volver, porque nos encantó.

Villajoyosa, prometemos volver.

El resto del día lo dedicamos a descansar tomándonos unas cervezas y un picoteo en la terraza de nuestro alojamiento, hasta que se hizo hora de cenar, y descansar hasta la jornada siguiente.