Islandia en Invierno-Sur de Islandia: Seljalandsfoss, Skogafoss, Lava Centre y Kvernufoss-Parte 10.

Justo habíamos dejado el artículo anterior cuando estábamos en el aparcamiento de Seljalandsfoss, uno de esos lugares tan turísticos que en cuyo aparcamiento (de pago) hay tienda de souvenirs, de comida rápida o incluso baños.

Seljalandsfoss en Diciembre de 2021.

Seljalandsfoss es una de las imágenes con las que Islandia promociona el país, la veréis fotografiada en el aeropuerto y en cualquier reportaje de la tierra del hielo.

Foto nuestra de Seljalandsfoss en Septiembre de 2020.

A nosotros nos gustó mucho más en verano que en invierno, porque en nuestro viaje por Islandia en verano de 2020 estaba todo verde, pero además pudimos caminar por detrás de ella, cosa que ahora estaba prohibido (podríamos haberlo intentado bajo nuestra responsabilidad, pero las rocas estaban muy muy muy resbaladizas).

Seljalandsfoss es de las cascadas más famosas de Islandia.

El río Seljalandsá (río líquido) cae 60 metros para formar Seljalandsfoss, y aunque no es la más alta, ni la más caudalosa, ni la más bonita de las cascadas de Islandia, sí que estará en el Top 5 de cascadas de casi cualquier viajero.

Islandia, la cascada Gljúfrabúi.

A la izquierda de Seljalandsfoss, a unos 600 metros, hay otra cascada, para mi más bonita todavía que solía pasar desapercibida pero que poco a poco, Instagram y otras redes sociales y blogs de viaje han ido destapando al turismo, la cascada Gljúfrabúi, que incomprensiblemente no lleva -foss al final del nombre.

El cañón que esconde la cascada Gljúfrabúi.

Oculta en el interior de un cañón y algo más baja que Seljalansfoss, Gljúfrabúi cae unos 40 metros, esta maravilla es, o más bien era, uno de los tesoros mejor guardados de la costa sur de Islandia.

Islandia, la cascada Gljúfrabúi.

Para acceder al interior del cañón deberéis caminar por el margen derecho del riachuelo, con mucha precaución y por encima de las piedras colocadas para tal efecto, y de ese modo poder contemplar el salto de agua de Gljúfrabúi en todo su esplendor.

Cuevas Rutshellir o Rutshellir Caves.

En ese momento decidimos ir a descansar al camping que habíamos escogido, el que hay a los pies de Skogafoss, pero a unos 26 kilómetros de las cascadas en dirección Este (20 minutos conduciendo) paramos en las Cuevas Rutshellir o Rutshellir Caves, antiguas viviendas construidas en la roca, para realizar una rápida visita, ya que todavía quedaba algo de luz del día.

Drangurinn í Drangshlíð 2.

Un poco después, 1 kilómetro más o menos, están Drangurinn í Drangshlíð 2, Drangurinn es la extraña montaña y Drangshlíð la granja o establos antiguos con techos de hierva que hay debajo de la gran roca.

Islandia en invierno. Cascada de Skógafoss.

A sólo 4 kilómetros de allí está el Skógar Campsite, a los pies de otro de los imprescindibles de Islandia, la gran cascada Skógafoss, y mientras la admirábamos con los últimos rayos de sol...o con los primeros atisbos de oscuridad, decidimos cambiar de ubicación y escogimos otro camping donde pasar la noche.

Islandia en verano. Cascada de Skógafoss.

Ya que nuestra visita aquí en verano fue más extensa y os hablé de ella en este enlace, para no repetirme, no volverá a contaros nada, pero ya sabéis dónde está esa información.

La segunda aurora boreal de nuestras vidas.

Así que volvimos a la R1 o Ring Road y nos dirigimos a uno de los campings de inviernos cercanos a Hvolsvöllur, donde haríamos la primera visita al día siguiente, el Hellishólar Cottages Campsite, a 53 kilómetros (45 minutos).

La aurora más intensa que vimos.

Tanto el Smáratún Guesthouse Campsite que está un poco antes como el Hellishólar Cottages Campsite que está justo después, estaban cerrados aun siendo campings de invierno, pero como había baños abiertos, con luz, agua y calefacción en los baños, igualmente decidimos pasar allí la noche (lógicamente gratis), de modo que pasaríamos la noche de Nochebuena completamente solos.

Este fue nuestro regalo de Papá Noel.

Papá Noel decidió visitarnos esa misma noche después de cenar, de modo que fuimos recompensados con la segunda aurora boreal de nuestras vidas, eso sí, más intensa y más duradera que la primera.

Las dos primeras fotos las hicimos con la cámara.

Así que, aunque se nos rompió el trípode para el móvil y no pudimos hacer fotos como dios manda, de ahí la calidad de las fotos que os muestro, os dejaré unos consejos para poder sacar fotografías con más calidad que las nuestras.

Estas están hechas con el móvil.

Eso sí, antes debéis saber una cosa, las auroras boreales pueden ser de diferente color e intensidad, y lo normal es que las fotografías de auroras boreales, al tomarse con una exposición larga, sean más espectaculares que las auroras vistas en vivo, por lo que a no ser que tengáis mucha suerte y veáis una de mucha intensidad, lo que veréis será como una nube de color blanco, que a medida que el ojo se acostumbre, sí que empezará a verse más verde, pero no tanto como en las fotos. Si lo miras y no sabes si es una nube o es una aurora, usa la cámara para diferenciarlo. Es importante saber esto para que la experiencia no sea una decepción. Pueden se estáticas, como la primera que vimos, y en movimiento, como la de hoy, que además de ser ser de color verde, la vimos con variaciones de colores rosas y lilas por su parte baja.

Menos mal que tuvimos suerte, porque ningún otro día vimos más.

¿Cómo hacer fotos de la aurora boreal? Necesitaréis un trípode, la cámara en modo manual M y un tiempo de exposición de 20 segundos si la aurora boreal es débil, pero menos segundos si es más intensa. De todos modos id probando. La apertura del diafragma en f 3.5 o menor, la ISO de 800, pero subidla si hay mucho movimiento. Si la cámara no te enfoca, enfoca al infinito o busca un punto brillante de la aurora boreal para presionar el disparador hasta la mitad y después disparar. Lo ideal es usar el temporizador para evitar que la cámara se mueva. Modificad los ajustes dependiendo del resultado de la foto inicial.

Hvolsvöllur, edificio del Lava Centre.

A la mañana siguiente, después de abrir los regalos de Papá Noel (sí, llegó hasta nuestra furgoneta también) y desayunar, nos desplazamos unos 12kilómetros (10 minutos) hasta la cercana localidad de Hvolsvöllur, donde está el Lava Centre.

Aquí se explica cómo de formó Islandia de una manera muy interesante.

He de admitir que antes de venir al Lava Centre no las tenía todas conmigo, no sabía si merecería la pena, pero al viajar a Islandia con niños, lo vi interesante, pues bien, nada más lejos de la realidad. Pienso que es una visita imprescindible para conocer cómo se formó Islandia, por ejemplo, pero también para sentir los diferentes tipos de terremotos que existen gracias a sus simuladores, o ver cómo se han formado los paisajes que habréis visto o veréis en Islandia gracias a su realidad virtual.

En el simulador de terremotos.

Un espacio interactivo que nos encantó, y que recomendamos visitar a futuros viajeros, además está abierto todos los días del año, de modo que, a pesar de ser 25 de Diciembre, día de Navidad, pudimos disfrutar de la visita.

La última erupción volcánica de Islandia.

La entrada completa también consta de un vídeo explicativo de unos 7 minutos con las últimas erupciones volcánicas, y otros atractivos turísticos de Islandia, ideal aunque no habléis inglés porque no hay locuciones, es muy chulo también.

Las vistas desde el mirador del Lava Centre.

La visita finaliza en el mirador que hay arriba del edificio, desde donde se pueden ver los 4 ó 5 volcanes que hay en los alrededores, eso sí, necesitaréis un día despejado.

Caminando hacia Kvernufoss.

Tras la interesante visita, regresamos a las inmediaciones de Skógafoss (40 minutos o 50 kilómetros), ya que allí al lado está una de las cascadas más bonitas e interesantes de Islandia, y en nuestro anterior viaje desconocía su existencia, así que no me la quería perder, os hablo de Kvernufoss. 

El desfiladero Kvernugorge o Kvernugil.

Kvernufoss está escondida en un hermoso desfiladero llamado Kvernugorge o Kvernugil, y es el resultado de una caída del río Kverná de unos 40 metros.

Islandia, Kvernufoss.

Además de por ese bello desfiladero de 600 metros, la cascada es famosa porque, al igual que pasa con Seljalandsfoss, en Kvernufoss también podréis caminar por detrás de la cascada, y en invierno no es tan peligroso como en Seljalandsfoss.

Islandia, Kvernufoss desde detrás.

Id con cuidado porque a la hora de buscar el estacionamiento, el GPS os puede llevar al que hay en el Este del desfiladero, y desde allí no se puede acceder a la cascada, así que poned el Skogar Museum porque es su parquing el lugar donde deberéis dejar el coche para visitar uno de los pocos tesoros escondidos que todavía quedan en el Sur de Islandia.