Día de transición, pues lo pasamos casi entero en el autobús, en el traslado de Budapest a Cracovia.
Cruzamos Eslovaquia, parando a comer en Oravský Zámok, un pequeño pueblo eslovaco con un bonito castillo situado en lo alto de una colina (que ni siquiera nos dejaron visitar). La foto del castillo, en la izquierda, es de esta web. El Castillo de Orava, en eslovaco Oravssky Hrad, es uno de los más grandes de Eslovaquia, y su primera mención en los libros data de 1267.
Cuando llegamos a Cracovia, ya había anochecido, así que fuimos a cenar al europeiska, un restaurante situado en la plaza del mercado donde cenamos estupendamente.
Tras pasear un poco por la plaza y comprar algún souvenir en el mercadillo nocturno, nos fuimos a dormir.