En el artículo anterior os contaba nuestra fantástica experiencia en el
Monte Ijen, y también que nos despertamos a las 12 de la mañana para realizar un trayecto de tan sólo 90 kilómetros, eso sí, tardamos unas 6 horas en hacerlo, contando la parada para comer.
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Este 4x4 nos adentró en la jungla. |
Durante estos primeros días de viaje, poco a poco habíamos estado descubriendo los numerosos tesoros de
Indonesia, bueno, de parte de
Borneo, donde tuvimos una experiencia fabulosa con los
orangutanes, y
Java, donde habíamos escalado preciosos volcanes como el
Bromo y el
Ijen y descubriendo majestuosos templos como
Prambanan o
Borobudur.
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Minutos antes de entrar en el Parque Nacional. |
Sin embargo a algunos viajeros nos gusta ir un poco más allá buscado destinos más recónditos en la isla y con otros atractivos naturales, y como por falta de días no pudimos descubrir el archipiélago de Karimunjawa, nos decidimos por una visita al
Parque Nacional de Meru Betiri, un área protegida de 50.000 hectáreas donde la selva crece indómita y las comunicaciones no llegan, no hay tendido eléctrico, ni telefónico, y por supuesto nada de antenas móviles, más concretamente a la
Playa de Sukamade, aunque de manera fugaz, ya que pasamos allí un día entre tortugas, playas de ensueño y plantaciones de arroz, café y cacao, todo ello con ese punto de aventura que tanto nos gusta.
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Así son las plantas de la fruta del dragón. |
Así pues llegamos a la última población con calles asfaltadas antes de introducirnos en el Parque Nacional Meru Betiri, donde el asfalto no existe, para cambiar de vehículo, ya que es necesario un 4x4 para adentrarnos en la jungla.
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En pleno Parque Nacional Meru Betiri. |
Al poco de introducirnos en el Parque Nacional, la velocidad del 4x4 tuvo que descender, ya que el estado de las carreteras era pésimo, lleno de baches, piedras y agujeros, y conforme nos íbamos adentrando, la cosa empeoraba.
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No tardó mucho en anochecer... |
Pronto nos alcanzó la noche, de modo que, a la ida, no pudimos disfrutar de los paisajes de esta zona de la isla que parecía inhabitable...y digo parecía porque de tanto en tanto nos cruzábamos con algún camión o varias motos y pensábamos ¿de donde cojones salen estos?...
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...pero antes sacamos algunas fotos. |
Pues resulta que por allí, perdidos de la mano de dios, hay un par de aldeas que viven rodeados de naturaleza y semi aislados, a los que llegamos ya de noche, por lo que os mostraré las fotos al final del artículo.