Queesntown.
Por la mañana nos fuimos a hacer Jetboarding que consiste en ir a toda pastilla con una lancha motora por el río haciendo piruetas y pasando a pocos centímetros de los acantilados del cañon de la orilla del río. El trayecto dura unos 25 min. y nos lo pasamos de P.M.
Después de comer Héctor fue a saltar en paracaídas 245$NZ (dvd y fotos del salto en paracaídas---245$nz) y (con tandem) y Yolanda le acompañó. No se porque pero no estaba nada nervioso, ni siquiera cuando me vestían y explicaban lo que debía y no debía hacer en el salto. Una vez en el aire, me sentaron en la puerta del avión a 9000 pies de altura y el que controlaba el paracaídas se abalanzó conmigo delante al vacío, fue una sensación genial, estaba haciendo piruetas con las manos y mirando al cámara que me filmaba y me hacia fotos. El paisaje desde allí era estupendo, debajo el lago rodeado me montañas nevadas y en una esquina, a lo lejos muy abajo estaba Queenstown. Es muy recomendable, cuando bajas tu sonrisa no puede escapar de tu cara. Tenéis que probarlo.