Madrugamos muchísimo, y tras casi 3 horas de coche, llegamos a la localidad austriaca de
Innsbruck sobre las 9 de la mañana.
Situada en el centro de los Alpes del
Tirol, en un amplio meandro del río
Inn,
Innsbruck es la tercera ciudad monumental de Austria, después de
Viena y
Salzburgo. La ciudad posee el conjunto más completo de obras renacentistas del país, junto con otras góticas y numerosos ejemplos del arte barroco. Pero lo que le da a ésta ciudad su gran personalidad es el cuadro de montañas en el que está insertada, combinando de ese modo arte e historia con la belleza del paisaje alpino.
Antes de empezar, un
enlace de un mapa interactivo de la ciudad.
Aparcamos cerca del centro histórico y fuimos andando al barrio gótico, uno de los cascos antiguos de Austria más bonitos y mejor conservados. Sus fachadas, que en su
mayoría conservan su aspecto de arquitectura gótica, datan de la época entre 1500 y 1540. Para tener una primera impresión de
Innsbruck, lo mejor es subir a la
Stadtturm, la torre del antiguo Ayuntamiento.